Espectacular comedor y gran oferta vinícola

Situado en el pequeño pero coqueto pueblo de Casalarreina, a tiro de piedra de Haro y sus bodegas centenarias, se encuentra este precioso caserón restaurado del S.XVII. Al entrar al edificio nos recibe una tienda puesta con mucho gusto, donde podremos adquirir los grandes clásicos riojanos, pero también botellas de pequeños e interesantes proyectos de la zona, a precios comedidos. Lástima que después en la carta estos precios suban ostensiblemente (sí, hay que pagar el servicio del vino y la impresionante oferta de la que disponen) Por suerte, ofrecen una interesante carta de 25 vinos a copas + 8 generosos por copa, con la que podremos abrir boca antes de pasar al comedor.

En nuestro caso, reservamos para cenar con la idea de compartir algunos de los apetitosos platos de la carta. Los tres comedores que poseen (el primero para grandes eventos, los dos restantes para el día a día) son absolutamente impresionantes: rústicos pero impecablemente vestidos, con detalles que demuestran pasión por el vino y una cava climatizada que hará las delicias de cualquier enófilo como un servidor. En el exterior poseen una terraza que en los meses de verano tiene que ser gloria bendita.

Llegamos poco antes de las 21h (hora de reserva), pero aún no nos dan paso al comedor (inician el servicio a esta hora), aunque amablemente nos ofrecen tomar algo en la tienda-vinoteca. Una vez sentados en el cálido comedor del fondo, nos traen la extensa carta de vinos (incluídos los que están por copas). Puesto que hemos abierto boca con un solvente Jarrarte joven '18 (2,90€) y una extraordinaria garnacha navarra como El Yesal '17 (4€) decidimos seguir por copa, para poder probar diferentes cosas. Copas Spiegelau y un Coravin para servir directamente de la botella, de lujo.

Comenzamos con dos detalles de nota: Unos deliciosos panecillos artesanos de pan español (1,80€/pax) y acompañándolos, AOVE DOP La Rioja Arbequina Finca Malzapato y un excelente AOVE Royal elaborado para la casa, junto con sal de vino.

El aperitivo no baja el nivel: Riquísima la crema de coliflor con bacalao y verduras, y eso que no soy nada fan de la brasicácea. Impecable presentación, al igual que el resto de la cena.

Continuamos con Nuestras croquetas caseras de ibérico (14,40€, 8 uds): Pequeñas bolas con una bechamel cremosa y un rebozado fino y nada aceitoso, pero para mi gusto con más sabor lácteo que cárnico. Plato algo caro para lo que ofrecía.

Pedimos un par de tintos más: Interesante el Puppi Barbarot '16 (3,30€) de Bárbara Palacios, con una Merlot fina y más fresca de lo habitual; Delicioso y fragante tempranillo de La Cantarada de los Mozos Cuvée Trasiega nºVIII '17 (3,90€), uno de los pequeños proyectos de viticultor de la nueva hornada riojana.

Decidimos, por recomendación del camarero, tomar un plato fuera de carta como son los hongos salteados con papada ibérica (17,90€), ya que están en temporada: Impresionantes, salteado justo para realzar el sabor fúngico, unos ajetes deliciosos, el huevo líquido como base del plato y por encima un velo de una papada que remata un platazo de 10. Ración justita para 2, nos hubiésemos comido un par de raciones cada, jeje.

Seguimos con el pisto riojano (11,50€) con láminas de bacalao y salsa de choricero: Riquísima versión actualizada de un clásico, con hermosas lascas de bacalao perfectamente desalado, una salsa de choriceros para untar sin control y las hortalizas en su punto perfecto de cocción. Muy bueno.

Terminamos con los vinos por copa con un siempre elegante Valenciso blanco '17 en Magnum (4,50€): Muy joven, con presencia de la barrica, pero con finura y profundidad. Gran futuro.

Finalizamos la tanda salada con un plato al que le habíamos echado el ojo en su web, el arroz meloso de pulpo y calamar con velo de azafrán (16,80€): Decepción pese a su aspecto apetitoso, el pulpo apenas asomaba (trozos de tentáculo muy pequeños) y la gran cantidad de nata que llevaba el plato lo hacía pesado y poco fino.

El nivel volvió a la tónica de la cena con el postre: Sopa de chocoblanco, granizado de maracuyá y helado de yogur (6,50€). No sé si es bueno calificarlo como el mejor plato de la cena, pero desde luego fue un pase dulce de estratosférico nivel, ya que los tres elementos del plato se complementaban a la perfección (dulzor de la sopa vs acidez de la fruta y cremosidad del helado vs textura crujiente del granizado) sin un ápice de excesos dulces.

Remate como capricho con una copa de Malus Mama '12 (7,50€), una exclusivísima sidra de hielo cuyas virtudes ha glosado gente como Luis Gutiérrez. Pues francamente, a pesar de ser un producto bien elaborado, me pareció extremadamente dulce (al igual que otras tantas gipuzkoanas y asturianas que he probado), muy caro para lo que da.

Agua del grifo Km.0 (eso sí, bien cobrada a 1,90€) y buen café Baqué con leche (bien cobrado también a 2€).

La camarera extranjera que nos sirvió el vino encantadora, al igual que el resto del personal. Mantelería, cubiertería y vajilla de primer nivel también.

En resumen, un merecido Gourmand, aunque el Bib debería revisar los precios ya que creo que superan de largo los 35€ /pax estipulados por la guía como RCP. En cualquier caso, merece la pena conocerlo.

  • Apartado líquido

    Apartado líquido

  • Apartado sólido

    Apartado sólido

  1. #1

    gavelar

    Agua del grifo km0 a 1,90 €...parece de chiste...esos son los detalles que hacen que no deje un € de propina y que cada día sea más reticente a ir de restaurante...no hagas números como en casa en ningun sitio.

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