En sus inicios era un sencillo y auténtico chiringuito de carretera donde

En sus inicios era un sencillo y auténtico chiringuito de carretera donde sólo se comían ensaladas y pescado fresco a la plancha, a muy buen precio. Hace unos años lo reformaron para hacerlo más confortable y añadieron a la carta entrantes, arroces y algún guiso de pescado. Sigue manteniendo lo que es la esencia de este lugar, el pescado fresco a la plancha a precio casi de risa (piezas de besugo o lubina salvaje de 800gr. a 12€). La carta de vinos es simple, centrada en los blancos nacionales. Las copas "chungas", el precio correcto (tda.x2) y el servicio bien (no dudan en enfriar un tinto si lo solicitas). Excelente lugar, cómodo, de trato familiar y buena cocina simple. Hace muchos años que voy y seguiré insistiendo. 25€ sin vino.