Decadente

Este restaurante debió ser un referente en la zona en tiempos pasados, nosotros quizás lo visitamos diez o quince años después de que estuviera en su máximo esplendor, el local se llenó, dispone de tres o cuatro diferentes y amplias zonas o comedores y un amplio parking, por lo que pudimos observar todos los clientes comían el menú del dia que creo recordar era de 17 €, nosotros comimos a la carta y posiblemente no fue la decisión más acertada.

Pedimos los primeros para compartir

- Pescadito frito, bueno en su gran mayoria eran salmonetes

- Calamares a la romana recomendados por la camarera, nada destacables, yo no los recomendaria

Segundos

- Lubina a la plancha, servida entera con cabeza y sin abrir.

- Rodaballo a la plancha, pienso casi con toda seguridad que era congelado, esas grandes piezas que se pueden encontrar en tiendas de congelados y suministran ya troceadas.

No tomamos postres, no habia nada destacable que nos apeteciera.

Para beber una botella de Mabre, garnacha blanca acogida a la D.O. Empordà elaborado en Vilajuiga por Empordàlia, el servicio se limitó únicamente al descorche.

Finalizamos con dos cafés.

Uno más de los intentos fallidos por descubrir restaurantes que no conocemos, por supuesto no volveremos. Hay que ir a tiro seguro y volver a los de cabecera a no ser que tenga referencias fiables de sitios que no conocemos, y aún así últimamente me han fallado.

Las fotos, como últimamente me pasa las hago cuando los platos ya casi están vacios, será porque no me emocionan.........