Celebré allí mi cumpleaños la semana pasada, qué gran acierto, éramos 4 y comimos abundantemente, con 2 botellas de vino blanco y cervezas por un total de 100 €.
He venido a este sitio alrededor de 10 veces, con lo que ya se que tienes que tener paciencia, ya que todo se prepara al momento y sólo lo lleva el matrimonio coreano. Esta vez todo fue más fluido de lo habitual, y ellos tan encantadores y amables como siempre. ¡¡Me sacaron velitas al acabar la cena!! Adorables.
Pedimos algas, un surtido de nigiri, de maki, temaki y sashimi, y acabamos con el Bulgogi de cerdo picante y con las megarecomendables empanadillas coreanas, qué cosa más rica. Estaba todo fresquísimo, sabrosísimo y para no parar de pedir. Adoro este sitio.
Es cierto, como he leído en otras valoraciones, que existe un problema de ventilación y huele un poco a fritanga, pero yo sinceramente me olvidé de eso en cuanto salió el primer platillo.
Como digo en el título, uno de mis rincones favoritos de Valencia, aunque pilla a desmano de todo, merece la pena desplazarse hasta allí.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.