Restaurante La Bodeguilla en Oña
Restaurante La Bodeguilla
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
12,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
12 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.7
Comida COMIDA
7.5
Precio medio entorno ENTORNO
6.3
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
Opiniones de La Bodeguilla
OPINIONES
3

Visitando esta bonita zona de Burgos nos acercamos a conocer Oña y los pueblos cercanos de Poza de la Sal y Frías. Decidimos reservar ya que eramos seis adultos y dos niñas y nos acercamos a comer de raciones, con total confianza por el comentario veremero de un gran conocedor de la zona. Local ya acertadamente descrito, con bastante encanto y originalidad.
Tienen una carta típica de raciones con alguna opción más original como los chicharrillos,pulpitos,tigres o codillo (vimos servir este en alguna otra mesa con una pinta excelente).
También tienen, bajo encargo, caracoles, pollo asado, carrilleras o rabo guisado. Consultamos si tenían disponible alguno de ellos pero no pudo ser.
Pedimos, todo al centro de picoteo:
- Ensalada mixta
- Pinchos morunos (6 ud.)
- Chorizos a la sidra (6 ud.)
- Croquetas (2 raciones)
- Pulpo (1 ración)
- Tigres (6 ud.)
- Paté de Oña (1 ración)
- Morcilla (1 ración)
- Champiñón (1 ración)
- Patatas fritas, para acompañar las peques sus picoteos
Todo el picoteo en un buen nivel general, flojeó el champiñón y destacaron un chorizo a la sidra de calidad, muy suavito, la morcilla de Oña, espléndida, y unos pinchos morunos de carne prieta y gran sabor. Las croquetas y los tigres, normalitos. En estos dos últimos sigo siendo muy exigente.
Debo decir que la oferta de vino es muy cortita, aunque efectivamente y según comentarios anteriores la falta de espacio debe ser un gran problema. Pedimos un Rioja crianza (Villarrica), bueno. Cometieron el error de presentar la botella en la mesa ya abierta. No sirvieron ni para probar. Copas sencillitas. Por todo ello la nota de servicio de vino es tan pobre.
Como postres, 4 tartas de queso y 1 de manzana, ambas caseras, buenas. Dos helados para las peques, de los "prefabricados".
Cinco cafés, agua mineral y amplios cestillos de pan redondearon una cuenta de 102.00 €, una relación calidad-precio excepcional, al menos para unos madrileños acostumbrados a unos precios totalmente distintos.
Nos atendieron con diligencia y amabilidad. A todos nos pareció una excelente opción para comer de picoteo en esta zona. Soy consciente de que es un tipo de local en el que no se pueden tener muchas exigencias con el trato del vino, pero si mejoran este aspecto tendrán ganada otra baza importantísima.

No se puede ir a Oña y no pasar por la Bodeguilla

Que pena que no hayamos podido disfrutar todos los días de Agosto

Manuel Puelles

La mítica "bodeguilla" de Oña, a la vera de la nacional y frente a la gasolinera, reabre sus puertas al socaire de Monacatus (Las Edades del Hombre), tras unos años de cierre.

Se trata de una pequeña taberna en una cueva, excavada en roca. La han remodelado con austeridad y modernidad. Una fina luz de neón blanca ribetea todo el contorno por el suelo a modo de moldura. Mobiliario bonito, pero pequeño e incómodo (mesas bajas pequeñas y banquetas).

El local tiene todo el encanto de la humedad, el olor, los arcos a modo de tunel, la vista de la roca... realzado por la acertada iluminación.

En cuanto a la cocina, tapeo nacional, mantienen la linea de la etapa anterior, con los celebérrimos chicharrillos, los tigres, los champis... con alguna nueva incorporación. Tomamos, todo al centro:

Ensalada: olvidaron sacarnos la aceitera y estaba tan buena que casi nos la acabamos antes de aliñarla. Los de ciudad cómo disfrutamos con estas cosas. Nos confesó que la lechuga, el tomate, la cebolla, eran del huerto de su padre. ¡Así, sí!
Chicharrillos: son en conserva, de primera calidad, yo juraría que los mismos que antaño. Ir a la bodeguilla y no comer chicharrillos... es como una aberración. La tradición es la tradición.
Morcilla Wagyu: elaborada en Oña por la mejor morcillería del mundo, Embutidos Mari Paz, pero para la distribuidora oficial de Waygu, que le proporciona la sangre de los bueyes y posteriormente la comercializa. Diferente, más suave y delicada que la "normal" de Mari Paz. Me quedo con la de siempre, insuperable. Pero seguro que esa elegancia y sutileza en boca del Wagyu tiene su público y además merecidamente.
Bravas: nos habían hablado muy bien... Las esperaba mejores.
Tigre: poco picante, fino, cremoso. Bien.

La carta de vinos es mínima. Tomé por copas un rosado y un tinto de la misma casa riojana, Villarrica, que no estaban nada mal, en especial el rosado. Copas discretas.

Servicio muy amable, gracioso, aunque se palpaba excesiva tensión entre sala y cocina.

En definitiva, un simpático lugar para una merienda-cena informal.

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