Inicio mi comentario ya decepcionado, porque éste es uno de tantos restaurantes que tiene oferta de descuento, si bien los gestores de estas webs deben mirar que las reservas no sean tan rígidas, porque le quita atractivo. Viernes noche, descuento ya imposible y a pesar de llamar al restaurante para preguntar si ello es posible, como nos indican desde Barcelona, a pesar de tener mesas libres, "nos ofrecen" el menú Kata (que cualquiera puede pedir) y como ya es tarde y en el otro peruano (Kena) no ha sitio, nos encaminamos, pero ya un poco a disgusto. Era mi segunda experiencia y como dice Anubis7 "ya no volveré". La comida del menú Kata muy buena, en general, y el servicio una de cal (quien toma la comanda un encanto), quien sirve, debe plantearse si lo haría mejor donde la amabilidad no se exija. El menú son 38 € de vellón (IVA aparte) lo que ya le hace estar "subidito" y si a eso le unes que el pisco sour son 9 euracos y por cada copa de Ruinart Blanc de Blancs (ver crítica de Verema) te soplan 10 (y tomamos entre unos y otros ocho veces) la cuenta sube una barbaridad, ya que es como si hubiéramos comido con un vinazo. Cierto es que tuvieron "el detalle" de invitarnos al agua mineral, a mi café y a una cerveza, para desagraviarnos de su intransigencia. ¿La cuenta para cuatro? 238,30.

Soy consciente que cuando se tienen muy altas expectativas sobre un lugar, a menudo sucede que lo que se encuentra no alimenta esa ilusion que durante dias e incluso meses se ha ido fraguando.. Quiza algo de eso pudo haber pero aun buscando la mas absoluta objetividad de la que puedo ser capaz, no le concedo mucho mas del aprobado ramplón..
Era el dia del partido de España con lo que el comedor en un semisotano solo estaba a la mitad. 4 mesas ocupadas por parejas y al final llegó un grupo de cuatro personas. El local es agradable con buena separacion de mesas y cristaleria acorde. Nos entregaron la carta y les dijimos que queriamos saber si la comida era picante o no por elegir un tipo de vino u otro. Tuvimos que esperar un rato largo hasta que el sumiller se presentó y simplemente ante nuestra eleccion de platos donde le dijimos que nos parecia que un Vallegarcia Viognier podia ir bien, se limitó a decir: Gran eleccion...
Realmente ante lo insulso o soso de la comida creo que cualquier caldo hubiera acompañado.
El servicio del vino se limita a dar a probar.
En cuanto a los platos que compartimos todos vinieron emplatados individualmente y bien presentados.
Primeros:
-Langostinos dos texturas.Crujiente y cremoso, en salsa dulce con cacahuete y tirabeque crujiente.Un langostino rebozado y otro hervido o a la plancha con una especie de ligera mayonesa. Racion absolutamente ridicula de tamaño. Sabor normal.22 €
- Pulpo Brasero. A la parrilla, marinado en salsa especiada, servido con espuma de yuca al ajo.La racion completa eran 6 trozos ( nos pusieron 3 a cada uno). Cada trozo era una pata de unos 4 cm de largo por 1,5 cm de diametro. Sabor brasa tipo comida chifa. Llegó frio a la mesa. Malo. 19 € ¡¡
A estas alturas nuestros animos estaban muy bajos. No podiamos evitar acordarnos de otros restaurantes recientes y lamentarnos de haber elegido este como ejemplo de cocina diferente..
Segundos:
-Pez Mantequilla En costra de especias con emulsión de papa y albahaca, salsa agridulce de lulo y tubérculos crujientes. 2 trocitos diminutos negros por fuera que debia ser lo que pretendia ser el crujiente. Secos por dentro. Podia haber sido cualquier pescado incluso un fletan. 22€
-Ají de Gallina Guiso limeño de gallina de Guinea “pintada” con ají amarillo, nata y pecanas, acompañado de arroz con choclo. Lo mejor de la noche aunque el aji carecia de un ligero toque picante que al menos le habria dado "chispa". El platillo era de proporciones absolutamente ridiculas por escaso 22€

No tomamos ni postre ni cafe ni pisco ni nada mas. Solo queriamos irnos.
el servicio correcto pero tan "plano" como los platos. Explican cada plato con poca alegria.
El servicio del pan no lo cobran. Se trata de 3 tipos de pan todos ellos dulces . Muy dulces, como bizcocho que personalmente no me gustaron nada.
Hace 4 años estuve en Astrid&Gaston y aunque las comparaciones son odiosas, el recuerdo que me dejó de la comida peruana fue bien distinto.
La cuenta ascendio a 115 € y como digo sin ningun extra. Creo que los pisco sour normales estaban como a 10 u 11€
Yo no volveré