Bubbles, cocina popular

Salgo del letargo veremero para intentar compensar lo que considero una injusticia producto, supongo, de no haber entendido el concepto de Bubbles.
Creo que he comido, cenado... una veintena de veces en Bubbles, con parejas, con tríos, con grupos; con gente muy exigente, con otra nada exigente, y nunca nadie ha salido decepcionado. Anticipo que quien vaya siguiendo el rastro de la antigua Albareda, va muy equivocado y mejor que apueste por otra cosa. En cambio, si que encontrará en Bubbles toda la sabiduría atesorada por Fulgenci Garcia durante muchos años en l'Albareda, y la técnica de su hijo Àngel, que ha corrido por las mejores cocinas de España. Producto de esta combinación nace este restaurante de vocación popular, que tiene desde mi punto de vista una virtud increíble: Con, precios populares, sitúa a gente joven con pocos recursos económicos en la senda del buen camino de la gastronomía. Cierto que, por lógica, en las propuestas económicas no usan grandes productos, u que tiene alguna tapa o ración que no encontrarás en un restaurante con aspiraciones frufrú. Pero es que Bubbles no es eso. Es un restaurante con tele y nevera de vinos en el comedor, pero con vistas a la catedral, Sant Feliu i al río Onyar y, sí, con un interior poco acogedor pero divertido y ciertamente no apto para aquellos que tienen una concepción excesivamente rococó de los restaurantes. De todas formas, se puede pedir una mesa pegada al cristal de la calle y, entonces, la decoración del Barri Vell no tiene competencia.
De Bubbles me fascina el oficio de la cocina (la mayoría a la vista). Nadie atolondrado, silencio y eficacia. Sinónimo de oficio. De muchos años de oficio. El responsable de sala (el mismo también de la Albareda) es de una gran corrección.
Es un restaurante muy simple con precisos dispares y asequible para la mayoría pero con toques gastronómicos de nivel. A destacar:
-Canelón traslucido de pato, verduras, sésamo, soja y gambas
-Sashimi de vieira con caldo de anacardos y Lemmon grass
-Atún en corteza de cacahuetes, miel y 'coconesa'
-Huevo escaldado, espuma de garbanzos, migas ibéricas y tostada
-Nachos XXI (guacamole, trufas de parmesano y tomates cassé
-Foie a la plancha con compota de manzana
-Ceviche de gambas y pulpo.
Estos son algunos de los platos destacados. Pero Bubbles ofrece también la posibilidad de tapas clásicas como las bravas (quizá lo más flojo), calamares a la romana, una sublimes croquetas de 'carn d'olla'... También entre semana tiene un menú diario de magnífica factura y, con mucha frecuencia, ofrece menús temáticos muy imaginativos (de Fires, de les Flors...)
En fin. Personalmente volveré 20, 30 o 100 veces más. Y pienso seguir recomendándolo. Lo principal es gastronomía es saber lo que a uno les apetece en cada momento, pero sobretodo, saber dónde se va.

  • Menú de papas

    Menú de papas

  • Sashimi de vieira

    Sashimi de vieira

  1. #1

    Jeronimo

    Es aclaro que viniendo de donde vienen profesionalidad no les debería faltar, y también que el que crea que se encuentra ante un Albareda II se equivoca.
    Un mal día lo tiene cualquiera, y por lo visto ese no fue su mejor día.

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