Astrid y Gastón no emociona

Un día posterior a mi onomástica, y sin conocer el destino; mi mujer conduce por Madrid hasta llegar al Paseo de la Castellana, 13. Allí se encuentra Astrid y Gastón, única sucursal europea del Astrid y Gastón limeño que también tiene sede en otros países latinoamericanos como Chile, Colombia, Ecuador, Venezuela, México y Argentina.

Recepción correcta, se nos acompaña a la mesa situada en el salón secundario. Emplazamiento a frío, colores muy ligeros, tonos blancos que aportan poca calidez.

Se comienza con unos snacks como plátano y patata morada frita, nada destacable. Se trae pan de tres tipos: blanco, de maíz, pimiento. Buenos panes caseros especialmente los dos últimos acompañados de una salsa de aceite, cebolla, pimiento, especias, que estaba rica.

Previamente se había ofrecido un pisco-sour al que es difícil negarse, te miras y de alguna forma piensas “ Ya que estamos”. Estaba fresco, fácil de beber al comienzo por mantener el frío. En los últimos tragos mayor presencia alcohólica.

Nos decidimos por el menú degustación pensando que será una muestra de los platos más representativos de la cocina de este restaurante y por ende de la alta cocina peruana.

Comenzamos con un pequeño aperitivo adicional, langostino con pimiento, bocado correcto, sencillo.

Como primer entrante el cebiche urbano con langostino, pulpo y sardina sobre una base de leche de trige al rocoto (tipo de pimiento picante), pimiento peruano, junto con la cebolla y un poco de cilantro. El plato aportaba frescor, pero las proporciones no eran correctas. Una pieza únicamente de langostino, un poco de pulpo, y un trocito de sardina, que provocaba que el sabor del pescado en la totalidad del plato no fuera todo lo representativo que creemos que debería.

Seguimos con un tiradito de atún rojo con leche de tigre de piña y rocoto, dados de mango, cacahuetes tostados y emulsión de aguacate. Plato exiguo, con una buena mezcla de ingredientes secundarios. Fusión asiática, recuerdos de estilos de maceraciones orientales. Tiradito con aires de tataki.

Como último entrante, la versión “acuariana” de la causa limeña crocante. Base de patata que ha sido mezclada con aceite y con ají dándole forma de cilindro. Se ha frito muy ligeramente simplemente para que disponga de esa costra alrededor que reduce la textura densa. En la parte de arriba del cilindro, escabeche de corvina. Además acompañado de pallares, se trata de una judía blanca del tamaño de una haba, huevos de codorniz, y tomatitos cherry.Plato tradicional de la cocina peruana revisado con ligeros toques de creatividad. Bocado que si nos ha llamado la atención, ligera sorpresa.

Arroz meloso con calamares y langostinos en fondo de coral y mariscos. Buen sabor tanto del arroz como de los acompañantes marinos, meloso en boca de verdad, pero sin restarle impacto sápido. La melosidad del casi risotto creada a partir de ese fondo de coral y mariscos que aportaba un gran sabor. Si hubiera que elegir un plato de la velada, creemos que sería éste.

Bacalao (skrei) asado con un escabeche peruano japonés, con suave puré de garbanzos y habitas baby. Demasiados ingredientes a nuestro parecer, sin tener todos ellos un fin claro. Algunos desligados totalmente del resto, como las habitas. Conjunto que no destaca sobre el resto de platos, ni te deja un recuerdo de la forma de tratar los pescados en la cocina peruana.

Y para finalizar, antes de pasar a los postres nos sirven la carrillera de ternera rosada estofada en ají panca, vino tinto y oporto sobre puré de yuca. Desde un punto de vista culinario, la carrillera estaba exquisita y muy bien ejecutada. El sabor tendía hacia España, aunque parte del enunciado tuviera toques peruans. La cuestión es si un plato tan tradicionalmente español donde se sustituye la patata por la yuca debe formar parte de un menú degustación de un restaurante de alta cocina peruana.

Hasta este momento, platos de buen sabor, más que correctos, pero sin generar emoción por las técnicas utilizadas ó sorpresa debido a sabores nunca experimentados anteriormente por la mezcla de ingredientes.

Desconocemos si esta cocina peruana ha sido europeizada, para reducir la fortaleza de algunos sabores. Si lo ha sido, no creemos que debería ser así, ya que se pierde esa parte sorpresiva que puede aparecer gracias a contrates, sabores no conocidos.

Tampoco hemos estado ante una sucesión de platos de alta cocina. Cocina peruana tradicional revisada, y servida en un mejor marco, con camareros trajeados, y un local en Paseo de la Castellana.

Se ha echado en falta un mayor toque de innovación, de creatividad, de mezcla en las texturas, de sorpresa, incluso un mayor número de platos excelsos ó por encima de la media.

En la etapa final de la cena, tenemos como postre un sorbete de maracuyá con espuma de pisco sour y frutas del bosque. Elevada acidez no compensada por el dulzor de las frutas; sin comprender la aportación de la espuma. Refrescante, estándar, poca originalidad.

Chocolate en tempura con helado de té y hierbaluisa; similar a unos profiteroles pero con una masa más fina, chocolate perfecto en textura y sabor. El acompañamiento del helado de té y hierbaluisa encaja muy bien con el chocolate, ya que produce un contraste de sabores dulce-ácido agradable en boca.

Coincidimos con las reflexiones de aquellos que apoyan la alta cocina y el fuerte grado de innovación a su alrededor. Pensamientos donde se afronta qué es el lujo. Creemos que no debe estar en los manteles, los cubiertos, los trajes, en el emplazamiento, sino en el tiempo dedicado, en la imaginación, en el tipo de producto.

Cena correcta en cuanto al sabor y la ejecución de los platos, destacando la causa y el arroz, pero escasa en emoción, en platos que te hagan sonreír, que te provoquen un chispazo, una admiración; escasa en detalles que se presuponen por lo elevada de la factura.

Entendemos que esta sucursal está muy lejos del restaurante limeño del mismo nombre; colocado en el puesto cuarenta y dos del Top 100 de la “Restaurant Magazine”; y que cuenta con un menú degustación de veintiún platos.

Volveremos a tener un encuentro con la cocina peruana pero buscaremos otro marco; fundamentalmente porque la relación experiencia precio no fue la deseada.

Si queréis ver fotos y más detalles; visitar : http://www.complicidadgastronomica.es/2012/07/astrid-y-gaston-no-emociona/

  1. #1

    Craticuli

    Esto es la gran baza de Madrid, la gran variedad de su oferta gastronomica, inigualable en el panorama nacional.
    buen comentario.
    Saludos.

  2. #2

    Isaac Agüero

    en respuesta a Craticuli
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    Esta vez la gran variedad nos jugó un poco una mala pasada. Sucursal abierta; pero que no recibe el mismo nivel de atención de la casa madre. Puede que exceso de marketing.

  3. #3

    Abreunvinito

    Yo estuve en el de Arequipa y muy bien y recomendable; luego estuve en el de Cuzco y bastante regular, o fué un mal día. Ambos bajo la marca Chicha.
    En Lima no estuve porque andaba 24 horas de arriba para abajo recuperando maletas perdidas, y porque iba con la ilusión de probar otro: Estrella del Mar sobre todo por la ubicación.
    Tengo la sensación de que son gestiones diferentes con resultados diferentes. Supongo que si además cambias de pais....
    A ver si desenpolvo las fotos del viaje y dejo algunos datos de restaurantes de allá.

  4. #4

    Isaac Agüero

    en respuesta a Abreunvinito
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    Pero en el nombre del restaurante está su marca y su nombre; aunque la gestión sea diferente creemos que el cuidado debería ser el mismo.

  5. #5

    Citadelle

    Como siempre, excelente comentario.
    Ya te comenté que desde la salida de Kiko Zeballos la cocina de Astrid&Gastón ha perdido algunos enteros.A mí,pese a la experiencia poco positiva que tuvo mi admirada Anubis7,la cocina peruana más atractiva de la capital me parece la de Virú.Y la factura es inferior.
    La chispa,la diversión la puedes encontrar en Nikkei 225.Muchos lo califican como un japonés con reminescencias peruanas pero en mi opinión en la carta conviven de igual a igual recetas orientales con platos de cocina peruana de gran complejidad y de una creatividad desbordante.
    Para mí es un imprescindible en la capital y Luis Arévalo el mejor exponente de la cocina Nikkei en todo el país.
    Aunque ya sabes que para gustos los colores.

  6. #6

    Isaac Agüero

    en respuesta a Citadelle
    Ver mensaje de Citadelle

    Desconocía la salida de Kiko Zeballos, se sabe dónde está ahora??
    Fue una invitación. Está claro que NIkkei 225 es un pendiente en la lista

  7. #7

    Citadelle

    en respuesta a Isaac Agüero
    Ver mensaje de Isaac Agüero

    Es el propietario y chef de Virú.
    Saludos

  8. #8

    Jeronimo

    No creo en las franquicias ni en las sucursales, por lo menos no creo en las que a restauración se refiere.
    Te imaginas el Celler con los hermanos Roca a más de 6.000Km. y sin aparecer por allí salvo en contadas ocasiones?

  9. #9

    Isaac Agüero

    en respuesta a Jeronimo
    Ver mensaje de Jeronimo

    NO; solamente algunas sucursales muy contadas tienen cierto prestigio; por un lado Berasategui, y por otro el Sant PAu de Tokio.

    La sensibilidad y amabilidad de los anfitriones en sus casas madre normalmente son insustituibles.

  10. #10

    Abreunvinito

    en respuesta a Isaac Agüero
    Ver mensaje de Isaac Agüero

    Totalmente de acuerdo la marca es lo que ha hecho al matrimonio tener el reconocimiento mundial que tiene...y cobrar lo que cobra.

    Este problema puede que vaya a pasar en nuestro medio con "grandes" de la cocina que empiezan a tener muchos frentes propios abiertos y están más en los aeropuertos y AVEs que en la cocina y delante de un micrófono que detrás del fogón.

    Los locales de Arequipa y Cuzco se parecían como un pub y una terraza de verano y si no fuera por el cartel de la puerta nadie pensaría que son de la misma reseña. ¿Y la imagen de marca reconocible????

  11. #11

    ramico

    Teniamos la oficina en esa misma esquina, y creo que durante tres años solo fuimos un par de veces, nunca me acabó de convencer.

  12. #12

    Anubis7

    en respuesta a Isaac Agüero
    Ver mensaje de Isaac Agüero

    EN primer lugar, darte las gracias por el buen comentario ( como habituas). He estado en dos peruanos en los ultimos 15 dias y por mucho que Kiko Ceballos haya ido a Virú, creo que su mano no se deja ver... Yo estuve en Astrid&Gaston al poco tiempo de su apertura y desde luego no tuvo nada que ver con estas experiencias... Al menos Viru en precio es algo mas asequible... Saludos

  13. #13

    Isaac Agüero

    en respuesta a Anubis7
    Ver mensaje de Anubis7

    Anubis, puede que hay coincido varias cosas: que el menú degustación no sea el más adecuado puede ser una de ellas. Pero lo que no me queda duda es que el precio está bastante elevado; y que algunos detalles del servicio son mejorables.
    No insistimos, pero no nos trajeron la carta de vinos, después de acabar el pisco sour.
    Me han hablado bien de la Panamericana, pero todavía no he podido ir

  14. #14

    Craticuli

    en respuesta a Isaac Agüero
    Ver mensaje de Isaac Agüero

    Para que una sucursal funcione a pleno gas es necesario que el mentor sea un gran creador de equipos, y esa facultad la tienen muy pocos.
    Saludos.

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