Mejor aun de lo esperado
Volviendo de Vigo nos decidimos a reservar aqui y asumiendo que pensabamos comer y beber a pesar de tener que conducir mas de 250 kms hasta Madrid. REservamos la misma mañana y llegamos antes del las 14:00. El lugar es precioso, tanto fuera como el interior. Las mesas estan algo juntas pero en el momento en que te atienden se olvida todo. Primero nos atendió un maitre/sumiller que nos aconsejó estupendamente. El vino, nos aconsejó el recomendado por 12,50 € ¡¡ Dueto crianza que estuvo muy bueno. La carta de vinos parecia interesante pero no tuvimos ocasion. Con su consejo decidimos compartir los 3 platos siguientes:
- foie con reduccion de vino de Toro . muy bueno
-rape asado a baja coccion con caldo de judiones sobre aceite de pimenton y guindilla. buenisimo
- Lechazo "de los de toda la vida" con unas patatas asadas en horno de leña con pimenton que eclipsaban si cabe al lechazo.
- Mousse de queso de cabra con chocolate. Para mi lo mas flojo pero es que ya no podia mas.
No sirvió toda la comida una señora con una atención exquisita. Que trato ¡¡¡ hacia mucho que no me sentia tan bien en un restaurante.
Al final apareció el artifice del lugar: Pedro y ya fue el summum porque nos invitó a subir a la buhardilla a tomar los cafes. Para ello, el sumiller nos guio por las dependencias con todo lujo de explicaciones sobre el lugar.
Rematamos el cafe con dos orujos y con todo el dolor y pena salimos hacia MAdrid a traves de la nieve que caia desde Adanero. Era como salir del tunel del tiempo donde éste se ha detenido.
Tenemos que volver pero para quedarnos por la zona y disfrutar sin prisas de esa magnifica comida, esplendido trato y unos GT en la buhardilla.
Tenia buenas expectativas de este sitio pero la realidad las ha superado.
Un pequeño detalle que no me gustó es que los 3 platos nos los sirvieron individualmente pero cobraron a precio de lo que supongo que serian medias raciones.. es decir unos 3 o 4 € mas por plato y no nos avisaron ni en la carta aparecia esto.