Cata particular y cena

Reunión de grupo de cata ciega mensual, esta vez fuera de casa. Tras la cata la cena y creo que nunca se cogió el ritmo ya que empezamos a cenar y estábamos un poco descolocados del resto de comensales (local casi lleno) con la sensación de estar de acoplados a una cena de sábado. Lentísimo es poco.
El vino corrió de nuestra cuenta. No así el agua, cafés y pan. Tomamos restos de vinos de la cata y un Godello de Peiqué 2011 que no se incluyen en el precio por persona.

Local de ambiente desenfadado, juvenil decoración y servicio voluntarioso pero que resultó poco eficaz.
Cambio de cubiertos, calidad de platos y copas y cubiertos básicos y habitual en estos locales donde prima más no quemar la cartera y salir airoso de la cena.

Platos al centro para compartir entre 3/4. queso de búfala envuelto con jamon. Tosta de queso fundido y cebolla caramelizada con pasas. Steak tártara con limon y perejil en un poco excesiva cantidad. Tosta de lomo con mermelada de frutos rojos. Todos ellos platos básicos y correctos.
De principal pasta casarecce muy al dente, con verduras (principalmente setas y calabacín). Nada especial.
Postre una tarta de tiramisú por el aniversario de uno de los catadores. Perdonable.

Habrá que dar una segunda oportunidad porque las circunstancias no fueron propicias, pero no conseguí encontrar un punto atractivo más allá de permitirnos hacer la cata con buenas facilidades. Pagó el cumpleañero.

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