Segunda visita a este restaurante, hermano pequeño de Zen, con el que comparte muchos elementos en común.
Vinimos con un cupón de sushi de una página web, que incluía un barco de sushi, sashimi i maki. Pedimos como entrante unos rollitos Soong, que hay que envolver en hojas de lechuga y mojar en salsa. No estuvieron mal.
El barco de madera de sushi tenía 40 piezas de distintos tamaños y sabores. No fue una gran elaboración, más bien mediocre, pero se podían comer perfectamente.
Pedimos una botella de María Casanova Gran Reserva, cava que maridó perfectamente, a 24€ sin IVA. Buenas copas y buen servicio.
Carta de vinos aceptable, con gran presencia de tintos, cosa que nunca entenderé en este tipo de restaurantes, precios más bien altos y siempre sin IVA.
En cuanto al local, muy agradable, con decoración oriental con predominio de madera y elementos minimalistas. Uno se siente a gusto de veras.
Por comentarios anteriores, parece que ha bajado la calidad. Los precios en carta no me parecieron baratos.
Servicio amabilísimo.