La mejor manera de haceros una idea sobre este restaurante es leer el comentario anterior hecho por Josean, yo sería incapaz de hacerlo mejor.
Dicho esto comentar que el comedor es agradable y que incluso siendo tres personas en vez de dos como había sido la reserva, la mesa nos permite comer con comodidad más que suficiente.
La carta de vinos muy original y muy corta. Suficiente para nosotros. Txakoli Uno y a un precio ajustadísimo. Pido la posibilidad de alguna añada anterior pero la camarera me comenta que no tienen. Tras dejarle atemperarse me digo que no es normal que la fruta no aparezca tan descarada. Compruebo que es un 2013. Menos mal que no tenían. Está rico el “condenao”, la verdad.
De aperitivo nos ofrecen unos vasitos de crema de calabacín que ayuda a calentar un poco los cuerpos. Hoy calor, lo que se dice calor no hace.
Comenzamos con unas alcachofas con hongos y foie. Extraordinaria la calidad del producto. Suaves, sabrosas. Con una salsa cojonuda. Muy buen plato, diría yo que el mejor de la comida.
Seguimos con unas tostas de pimientos rojos de cristal. Muy ricos los susodichos. Es un producto de los que más me marcan entre los de calidad y los “del montón”.
Gambas a la plancha, diría yo que incluso un poco demasiado “planchadas”. De tamaño medio y con ese sabor que invita a chupar cabezas.
Una lengua de ternera que esperaba yo más clásica. Una pena pues aún estando rica, tenía yo ganas de recordar las que hacía mi amatxu. Suave y bien preparada sí que estaba, la verdad.
Brocheta de entrecot de potro. Potros criados en los alrededores. Está tierna pero le falta sabor. Quizás acostumbrado a esas “vacas viejas” es mucho pedir que esto tenga esa contundencia. Original presentación del plato. Como aún tenemos un poco de sitio, Marijo andaba con ganas de probar otra brocheta, en esta ocasión de rape con langostinos. Pues al lío. De nuevo presentada en “vertical”, acompañada de una rica patata que no tengo duda alguna que es alavesa.
Dos postres. Un volcán y un brownie de chocolate, ambos a un correcto nivel.
Un café con leche, dos cortaos y para mi un pequeño txupito de un correcto PX dan por terminada la comida.
Decir que es un local muy agradable, que la comida está bien rica y que incluso algunos platos son notables. Siempre he dicho que el servicio marca mucho una experiencia gastronómica. Hoy la camarera quizás no tenía su mejor día. Una pena esa sonrisa perdida.
Para ver alguna foto: http://gastiondo.blogspot.com.es/2016/04/restaurante-la-era-excoeta-escota-por.html