Qué decir de uno de mis restaurantes favoritos, comida sin complicaciones trabajando como se debe un producto de calidad, bien presentado y muy rico. El ambiente siempre encantador y afable, en un local bien decorado que cuida los detalles. Uno de los que nunca te cansas de ir!

Local situado en la autovía, al lado de una gasolinera y con una cafetería haciendo de taponamiento a su entrada. Decoración agradable y servicio impecable, buena profesionalidad y recomendaciones. Pocas mesas ocupadas y un buen menú promocional. Música de jazz clásico de compañía.

De aperitivo de la casa, un poco de paté de caza, intenso de sabor con pan tostado.

Dos para comer pudiendo elegir de primeros gazpacho o salmorejo cordobés, huevos de campo con verduras, fabes con chorizo y ensalada de bacalao con naranja. Elegimos los dos últimos.
La ensalada bien de verde, fundamentalmente espinacas, y con pequeños trozos de naranja y poco bacalao y algo pasada de vinagreta.
Las fabes en ración corta, buena cocción, algo harinosas, acompañadas de chorizo y también morcilla y jamón.

Para segundos cordero lechal asado que descartamos y nos quedamos con cochinillo lechal asado y bacalao con pimientos asados.
El cochinillo perfecto de piel de cristal acompañado de patatas fritas y pimientos rojos, buen sabor.
El lomo de bacalao bien de cocción sobre una base de pimientos asados con buen resultado final.

Para postre: fruta del tiempo con melocotón y piña en amplia ración.
Tarta de chocolate y galleta, clásica tarta de la abuela pero con chocolate en lugar de café; muy para golosos por su alta densidad de dulce.

En el apartado líquido optamos por Suerte del Rey 2011, un vino de la Tierra de Extremadura interesante con uva gewürztraminer menos dulce de lo habitual; buen servicio de agua y vino con relleno de copas continuo. Agua grande de Bezoya.

Cafés muy buenos y aparte de azúcares, había ramas de canela para saborizar el café con buen resultado; con petis fours de la casa con 4 pastelitos almendrados y chocolates envasados. Se acompañó de un licor de bellota sin alcohol por cortesía también de la casa.

Extraordinario restaurante
Me habían hablado de Las Bóvedas pero creía que sólo era un lugar para celebrar bodas de cierto nivel (eso sí) y que habían hecho un hotel de cuatro estrellas pero no tenía ni idea de que allí hubiera también un restaurante y ¡Qué Restaurante!!!!!!!
De aquellos que ya no encuentras. Equilibrada decoración, temperatura y luz adecuada, buenos manteles, servicio exquisito como no hemos tenido otro igual y la cocina: riquísimo pastel de liebre con pochas, inolvidables turrón de foié y pan de especias , lomo de cierva y como no el cochinillo asado al horno de leña, en su punto de asado jugoso y su corteza crujiente, ¡una pasada! Para terminar nos ofrecieron una degustación de postres que no pudimos terminar: coulant de chocolate templado con crema de yogur de griego, frutas escarchadas y sorbete de violetas.
El resto lo dejo para mi intimidad……Gracias por vuestro regalo.