¡Quien me iba a decir que un día iba a estar cenando en casa del Conde de Trenor!; pues sí, y además, bien cenado.
La que fué casa del Conde de Trenor se ha reconvertido en un espacio donde hacen toda clase de eventos, y lo que es mejor, se puede comer muy bien y un precio también muy bueno.
Fuímos un viernes por la noche y nos decidimos por el menú degustación (45 €)
Todos los precios de la carta llevaban IVA y el servicio del pan está incluido, con lo que el precio real del menú es ese, 45 euros, un precio ajustadísimo para lo que te sirven.
La carta de vinos es corta para un restaurante de esta categoría, pero a cambio son precios con un incremento razonable sobre el de tienda. Pedimos el cava Colet-Navazos extra brut 2007, a un precio en carta de 27 €; era la primera vez que lo tomaba y me gustó mucho, con esa mineralidad y las notas oxidativas que le da la manzanilla que utilizan como licor de expedición.
Nos sentamos en una mesa con vistas al Parterre y comenzamos con unas cervezas para hacer tiempo.
En cuanto al menú, consistió en lo siguiente:
- Ensaladilla: servida en una pequeña cucharilla; estaba buena, pero creo que hay que ser serios, sólo se trata de ensaladilla rusa como la que se hace en casa, ni más ni menos.
- Falsa empanadilla de pisto y atún: muy buena,se toma con cuchara y te encuentras trozos de atún y de tropezones. Muy original.
- Caballa marinada con su consomé: pequeño manjar, muy ligero y a la vez con un sabor que iba en aumento conforme te lo comías.
- Puerro con encurtidos y mostaza: el más flojo, es verdura y no se pueden pedir milagros, pero vamos, también estaba bien.
- Higado de rape escabechado con bechamel: un sabor al principio demasiado potente, pero cuando empiezas a salivar y se mezcla con la bechamel lo encuentras muy agradable.
- Trampantojo de ventresca y panceta en adobo: muy bueno, la conjunción de sabores tan diferentes como la panceta y la ventresca estaba muy conseguida, sin que uno tapara al otro.
- Arroz de sepia encebollada: este plato se puso porque no tenían carne. El arroz estaba muy meloso y el sabor bueno.
- Corvina con crema de espinacas: original presentación con la corvina cubierta por las espinacas. Muy buen plato.
Los postres fueron:
- Crema de albahaca con sorbete de melocotón.
- Pera con tofe y regaliz: éste me gustó más que el anterior.
La única pega que le ví al menú fue el exceso de platos de pescado por ninguno de carne, ya que como he dicho se les había terminado la carne, pero quitando este pequeño inconveniente el menú estuvo genial.
Después de la cena nos enseñaron las diferentes salas de la casa, y pude comprobar lo bien que viven los ricos.
Sin duda volveré, porque creo que es uno de los restaurantes de Valencia con mejor relación calidad-precio y estoy seguro que la única forma de poder cenar un sábado por la noche es reservando con antelación.