Gran homenaje

Fecha de visita: 16/03/2018

Cena 4 pax.

Precio por persona: 92 euros.

Comida 9.

Entorno: 7,5

Rcp: 6,5

Servicio: 8

Servicio del vino: 9,5

Lo mejor: La urta, el róbalo y sobre todo la selección de generosos.

Lo peor: Ningún defecto, pero las raciones un poco pequeñas.

Viernes por la noche con aforo completo. Sala del fondo, un poco más fea que la sala principal, pero agradable igualmente. Mesas bien vestidas, buena distancia entre ellas y vajilla moderna y bonita. La idea es darnos un homenaje de comida, pero especialmente para disfrutar de la magnífica carta de vinos generosos. A estas alturas de comentarios es bien sabido que la carta de generosos es magnífica, con una grandísima selección por copas, pero también es muy destacable la selección de champagne (entre una y otra, como para quedarse a vivir en el restaurante).

Nos apetecía probar el mayor número de platos posibles, así que entre medias raciones y enteras, el maitre nos elaboró el siguiente menú degustación:

  • Ensaladilla de gambas con mahonesa escabechada y croutons.
  • Carne mechada ibérica con emulsión de mostaza y encurtidos.
  • Carpaccio de gamba roja con helado de ajoblanco y caviar de yuzu.
  • Tortillitas de camarones.
  • Verduritas de temporada con jugo ahumado de su cocción
  • Pez Lima-Limón marinado en cítricos y oloroso
  • Urta confitada en aceite de roteña, espinacas, ajo y pimentón
  • Róbalo al pil pil verde de amontillado y navajas aliñadas.

 

Todos los platos a un magnífico nivel destacando especialmente el róbalo y la urta, que eran sencillamente espectaculares.

 

Postres:

  • Fruta de temporada.
  • Tarta fina de manzana con mantequilla, macadamia y Pedro Ximénez.
  • Merengue con fresas, rosas y pimienta.

La tarta de manzana buenísima y el resto buenos.

Si la comida fue buena, la bebida fue sencillamente espectacular, el maitre nos hizo un maridaje por copas adaptado a los platos y resultó perfecto: Manzanilla Velo de Flor (una de las mejores que recuerdo haber probado nunca), fino viejísimo capataz solera de la casa de Alvear (¿es este el que Juancho define como fino que va para amontillado?), oloroso Villapanes de Hidalgo, Amontillado viejo Argüeso, cream Tradición VOS y medium 11540, éste último cortesía de la casa. Magníficos todos.

El servicio amabilísimo, pero sin incomodar. Destacando el maitre/sumiller que nos elaboró tanto el menú como el maridaje y tanto con uno como con el otro, triunfó por todo lo alto.

El único pero que se le podría poner es que las raciones no son muy grandes y si uno es comilón, como lo somos nosotros, eso se paga y más si se quiere hacer un maridaje de altura. Se puede resumir como que fue un gran homenaje culinario y vinícola a un precio también grande, pero, en mi opinión, proporcionado al disfrute. También hay que tener en cuenta que solo de bebidas fueron unos 25 euros por cabeza, pero no dejan de ser 90 eurazos por persona.

Disfrutamos una barbaridad y cuando la cartera se recupere volveremos seguro!

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