Surformidable

Cuatro comensales. Comimos en el salón más cercano a la barra de los dos existentes, con una sepación de mesas en el límite, pero aceptable. Cinco entrantes: carpaccio de gambones, crocanti de ajillo y aceite de cayena (suave, sabroso, exquisito), tortillitas de camarones Plaza del Cabildo (en su punto de fritura, nada grasientas, excelentes), croquetas cremosas de pringá de puchero andaluz (cremosas, cremosas, contundente sabor el de la pringá), crujientes de cazón en adobo suave de ajilimón (mantecosos, finos, elegantes) y costa y sierra de calamares, boletus y trufa (el mejor, extrordinarios boletus, sabor, sabor). Platos principales: urta guisada a la roteña (el mío, pescado de roca de muy buena calidad guisado con tomate y pimiento, insuperable), lasaña de ventresca de corvina con cremoso de manzanilla (dos) y lomitos de corvina salvaje en escabeche ligero de pimentón. Postres: tarta de queso de cabra payoya (el mío, espectacular), bizcochos borrachos con cítricos (dos) y mangos malagueños de la Costa Tropical preparados. Dos manzanillas, dos maravillas: Olorosa Pedro Romero (28 euros) y La Bota de Navazos 42 (28 euros también). Con los postres copas de un indescriptible PX Tradición VORS (9 euros por copa). Pan crujiente (no dejaban que se acabara). Invitación a cafés. Cristalería, cubertería, mantelería y vajilla buenas. El servicio, muy bueno, atento, eficiente y siempre pendiente de rellenar las copas. El precio incluye un 15% de descuento por haber reservado la mesa a través de su página web.