No sólo queso

Buena experiencia en el CHEESE BAR, el restaurante abierto por Poncelet, la tienda especializada en quesos. Estuve en este sitio al poco de que abrieran y me gustó mucho pero no había vuelto desde entonces. Aprovechando que había quedado con una amiga a la que le chifla el queso nos pasamos por allí para comer. El local está igual que cuando abrieron hace cuatro años, decorado en colores claros y con un gran jardín vertical que ocupa una de las paredes. Pero lo más impresionante es la barra donde se puede ver el trabajo de los maestros queseros y la cámara acristalada donde se almacenan y afinan unas 150 variedades de todas las nacionalidades. Sobra decir que, aunque tienen platos sin pizca de queso, es mejor venir aquí con alguien a quien le guste pues desde que se entra por la puerta un suave aroma a queso impregna todo el restaurante.

Como no podía ser de otro modo pedimos de entrante la tabla de quesos del día y además unas croquetas. La tabla incluye seis quesos diferentes un trocito de membrillo y unas uvitas pasas. Todos los quesos (tres franceses, dos españoles y uno italiano) estaban deliciosos, a la temperatura adecuada y en su punto de maduración. Nos gustó especialmente uno francés, el Perail Fermier, un queso cremoso de leche cruda de oveja con un sabor muy intenso. Las croquetas muy buenas también, rebozado fino y bechamel casi líquida. De segundo, lomo de atún rojo apenas marcado en la plancha y con una salsilla de chiles que realzó bastante el sabor del túnido. También pedimos pez mantequilla, pescado que siempre habíamos tomado crudo en niguiris. En este caso, lo sirvieron asado, con un velo de tocino ibérico por encima y en una cama de una suave salsa de queso, que le iba de miedo. Resulta que cocinado, el pez mantequilla es muy jugoso y tiene una textura parecida al rape, en definitiva nos gustó mucho. Dijimos al camarero que íbamos a compartir todo y directamente nos trajeron todo repartido en dos platos, una cosa detrás de otra, al tiempo y sin agobiar (como debe ser). Gran nivel en todos los platos, demostración que aquí hay una cocina que sabe hacer las cosas, y que hay que venir no sólo a comer queso. Terminamos muy llenos, perdonamos el postre y pedimos directamente dos cafés.

Para beber varias cervezas y un par de copas de rioja La Montesa crianza, el cual sirven de una botella tipo magnum (no sé, pero parece que el vino de las magnum sabe mejor). Manteles y menaje de calidad. Servicio atentísimo, explicando perfectamente tanto las distintas variedades de queso como el resto de platos. Nos aprovechamos de un descuento del 40% de la Web del Tridente y pagamos por todo 65,42 euros, no llegó a 35 euros por barba. Buena relación calidad-precio. Volveremos a probar una fondue o una raclette, a ver qué tal las ponen.

  • Pez mantequilla (media ración)

    Pez mantequilla (media ración)

  • Atún rojo (media ración)

    Atún rojo (media ración)

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    Filo

    Estuve hace un par de semanas. Me sorprendió muy gratamente el precio de las botellas de vino. Tomé un Ardanza 2004 a 21€ cuando en tienda cuesta sobre los 18€.

  2. #2

    JaviValencia

    Hubo una época en que lo visitaba semanalmente para tomar un par de vinos y alguna tapa. La selección de vinos es muy buena y la de quesos para perderse. Sin duda un gran sitio.

    Enhorabuena por el disfrute

    Javi

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