El restaurante Gorría, un clásico a la antigua usanza, presenta tantas

El restaurante Gorría, un clásico a la antigua usanza, presenta tantas grandes virtudes como lamentables defectos. Primero las buenas noticias: precio razonable, calidad de la cocina correcta, local de estilo "cuando España era diferente" -lo que, en tiempos de la decoración international fashion, tiene su encanto-. Las malas noticias: carta de vinos desequilibrada, servicio de vino muy mejorable y, sobretodo, un servicio de auténtica pena: camareros de antigua escuela en el mal sentido de la expresión -graciosillos con un punto maleducado y notable falta de desreza en el trato-. Conclusión: si no hay otro lugar o no se quiere gastar en exceso, o bien se busca un viaje en el tiempo a un restaurante "bien" de la Barcelona de hace veinte años, vale.

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