Habíamos pasado muchísimas veces por delante camino de Noja, Isla.... pero no habíamos reparado en él. Junto a una gasolinera es el típico sitio donde pararías a tomar algo o en todo caso a comer un menú del día de viaje a cualquier lugar.
Gracias a las visitas que hago a los comentarios del Mule, he visto que ofrecen un menú degustación que viendo las fotos resulta más que apetecible. Es necesario llamar para reservarlo así que lo hice el otro día y hoy ha tocado la visita.
Amplio comedor, con mesas vestidas con manteles de papel, de buen tamaño y suficiente separación entre ellas.
La sala atendida por una sola camarera que ayudada por el propio cocinero, ha sido capaz de atendernos a casi 30 personas sin tiempo alguno de demora. Te explican detalladamente los platos además.
El servicio de vajilla es correcto y así mismo lo es el del vino, con una carta no muy extensa y aunque referencias no faltan de nada, son pocas de cada tipo. Nos apetecía un albariño y solo tienen uno así que a por él hemos ido: Albariño de Fefiñanes 2012 en nariz aparece algo de manzana, en boca fresco, vuelve la fruta, con una correctísima acidez e invita a mantenerlo en boca. Otro vino que me ha encantado y van........
De entrada nos aparecen con una preciosa caja roja y al abrirla descubrimos una Tabla de quesos presentados cual si fuesen bombones de chocolate blanco, individualizados en su cestita de papel y con una variación de distintos panes. Nos propones tomarlos en un orden concreto, de menos a más sabroso.
El primero ya tiene mucho sabor y según van pasando van mejorando en intensidad. Yo personalmente hubiese colocado el 4º en el quinto lugar, un queso azul con antxoa que es una bomba en boca. En general un conjunto muy bien conseguido y muy agradable.
De nuevo nos aparecen con un plato muy vistoso y además jugando con el humo, cosa que se está poniendo muy de moda últimamente al parecer. Los platos tenían su nombre pero no los recuerdo luego el título irá más o menos según considere. Bolas de foie con forma de naranja presentadas cual si de naranjas se tratase,con su hierba verde incluída. Al final el resultado es simple y llanamente una bola de foie. Plato muy conseguido visualmente pero que es sabor a mi me resulta un tanto escaso.
La fresa presentado sobre un trozo de pizarra en forma de plato con un cubo con luz de base, nos traen este plato que de nuevo resulta muy vistoso. Una fresa que resulta ser un helado de pimiento rojo con un sabor intenso y que está perfectamente acompañado de una antxoa y un tartar de tomate. Conjunto muy sabroso aunque yo y no sé como intentaría que ese helado de pimiento no pareciese en boca como un trozo de hielo.
Salmorejo en dos texturas con huevo cocido y jamón ibérico en una copa y por otro lado, el cocinero sale a la mesa y prepara dos piruletas con nitrógeno líquido. Volvemos a jugar con la vista pero esta vez acertamos plenamente también con el sabor. Exquisito, sin duda, pena de que la cantidad no sea abundante.
Bakalao con algas, espuma de mar y tapioca el pescado quizás un pelín pasado de punto pero con mucho sabor, la salsa que lo acompaña está riquísima y en este punto he pedido un trozo de pan que no te ofrecen puesto que la mayoría de los platos ya lo incluyen. Como no hay cuchara, prefiero untar pan. Por cierto, un pan rico para lo que solemos ver por aquí a no ser restaurantes de una categoría.
Solomillo a la plancha con tierra de foie y pan de olivas acompañado por unos trozos de fresa, la carne simplemente perfecta. Se corta con suma facilidad, sin tener que empujar mucho el cuchillo.
Toque ideal de sal y la mezcla con los ingredientes que la acompañan no desluecen para nada el plato. Un plato muy, pero que muy interesante y de una calidad superior.
Nos aparecen ahora con una sartén donde apreciamos un huevo frito con unas patatas y un trozo de panceta no es otra cosa que el postre, las patatas no son más que plátano macho, la supuesta panceta es una tostada de pan y el huevo está compuesto por la yema con sabor a naranja y que la metes en boca y explota y la clara que aún sabiendo que era algo conocido, no hemos podido terminar de descubrir. Un plato vistoso de nuevo y realmente nos ha gustado bastante su sabor.
Un cafecito correcto acompañado de un vino dulce con sabor a naranja y para acompañarlo nos presentan como final, unas Falsas fresas sobre tierra de cacao jugamos de nuevo con lo que es y no es. Un par de trufas bien disimuladas sobre la tierra de cacao. Empezamos y terminamos con una originalidad tremenda a la hora de presentar la inmensa mayoría de los platos.
Pues un buen descubrimiento que no nos ha dejado indiferentes, aunque es mucho más la sorpresa visual que la sápida, no deja de ser una propuesta interesante y mucho más al precio que se ofrece el citado menú que no es otro que 25 euros iva incluído.
Volveremos a probar nuevas propuestas pues al parecer va cambiando los menús cada algún tiempo.
La nota del entorno sería de 5 pero me parece injusto no premiar de algún modo el trabajo realizado por todo el personal y más aún en cocina.