Bocado sin mordisco

En mi entorno personal cualquier excusa es buena para celebrar algo. No obstante, el caso que nos ocupaba merecía sobradamente un buen festejo. Así pues nos presentamos en Bocado, donde hacía tiempo que no volvíamos, seis granujas dispuestos a pasarlo bien... pero bien bien.

Local dividido en dos estancias. La de la entrada con la barra a la derecha y varias mesas altas con taburetes quedando al fondo la sala principal. La decoración es funcional y moderna resultando una atmósfera amplia y desenfadada. Aforo lleno a rebosar por lo que la cantidad de paneles de absorción acústica presentes cumplieron más que nunca su función. Son de agradecer esos detalles.

En la barra, mientras esperamos al resto de comensales, un par de cañas bien tiradas que se acompañaron de unas papas y unas aceitunas, detalle bastante infrecuente por esta zona, para hacer la espera más corta.

Una vez ya en la mesa optamos por la fórmula todo al centro:

Sepia Mahonesa. Ando con suerte con esta tapa últimamente. Se percibía calidad en el producto y perfecta ejecución con tersura perfecta. Suavidad.

Tartar de Atún con Mango. Correcto en líneas generales, quizá algo falto de chispa que intentaba compensar la wakame que completaba el plato. Fachada.

Ensalada Extra Casa Balaguer. Debe su nombre a la matriz de la empresa. Sin misterios en su composición (cogollos, endivia, atún, encurtidos, zanahoria, rábano...) pero agradeciendo particularmente la calidad del tomate. A destacar la disposición de los ingredientes de forma separada para que cada uno se sirviera a su antojo lo que fuera más de su agrado. Claro.

Pulpo Parrilla con Puré de Patata y Aceite de Pimentón. Buen punto de calor consiguiendo ese churrascadito externo que me gusta en estas preparaciones y que abría paso a un tierno interior. El fino y gustoso puré completaba un bocado sobresaliente. Atrapado.

Solomillo de Ternera con Ajos Tiernos. De nuevo, siguiendo la fórmula que evita dobleces y que ya se advertía en los platos previos completando un conjunto que satisface a cualquiera. Además de los ajetes se acompañaba de una guarnición a base de calabacín, berenjena, patata y tomate pasaditos por la plancha. Próspero.

Acompañamos la comida con un exquisito Pan de Cristal.

Ronda de buenos cafés para terminar.

Bebimos cerveza durante toda la comida... perdí la cuenta. Acabamos en la terraza tomando unos buenos GTs.

Servicio joven y resolutivo comandado por Erik, profesional donde los haya, que controla todo lo que se cuece en el local.

En definitiva, local que ofrece franqueza con un producto correcto bien ejecutado. Platos de corte tradicional con alguna licencia pero lejos de la innovación. No buscan complicaciones ni piruetas lo que a veces agradezco. Si además el tiempo acompaña y puedes disfrutar de su terraza en la Alameda puede que en vez de un bocado algún que otro mordisco caiga.

Nota: En el precio señalado no están reflejados los GTs.