El 15 de agosto al mediodía nos encontrábamos en el bonito pueblo de pescadores de El Golfo y decidimos quedarnos a comer allí. Tras haber leído los 2 comentarios que aparecen en Verema y dado que el mejor restaurante del lugar ( Restaurante El Golfo) ha cambiado de dueño y de cocina, decidimos ir a conocer este restaurante, un clásico de la cocina marinera de Lanzarote al parecer bien apreciado por las familias conejeras.
Casa Torano es el típico restaurante de playa, tiene una sala interior y una muy agradable terraza sombreada frente al mar donde la comida se convierte en espectáculo. Por las noches todavía debe apreciarse mas esta terraza ya que los atardeceres de El Golfo son los mejores de la isla.

Comenzamos compartiendo unas gambas de la Santa a la sal (19 piezas), buenas, pero demasiado hechas, un poco secas, la capa de sal utilizada para cocinarlas era muy fina y estaba quemada. Que pena !!, esas gambas del pueblecito de la Santa son excelentes. Sin comparación con las degustadas en el Risco de Famara cocinadas en su perfecto punto de cocción.
Seguimos con un pescado del día (una mitad de pescado cada uno), cocinado a la espalda, si no recuerdo mal se trataba de un bocinegro, acompañado de papas arrugadas (de calidad mediocre ) con mojos rojo y verde. Estaba muy fresco y bien condimentado, pero desgraciadamente el punto de cocción estaba sobrepasado.

Para beber, tomamos 1 cerveza y una botella de agua (carretera obliga...) El pan, correcto, nada del otro jueves. Finalizamos con 2 cafés y 2 chupitos de Bienmesabe ofrecidos por el restaurante.

Pagamos 32,51 €/persona. Relación calidad-precio no satisfactoria. En una próxima visita a Lanzarote, no volveremos.
De todas maneras cuando retornemos al Golfo ya tenemos un nuevo restaurante en perspectiva para descubrir que nos ha recomendado Orlando, el excelente chef de Lilium (Arrecife) a quien le hago plena confianza.

Tienen una terraza al lado del mar que invita, de hecho, ese tramo de costa de la isla de Lanzarote es impresionante, desde los Hervideros a el pueblo del El Golfo, con el PN del Timanfaya dotando a la isla de un paisaje de lava, que en su momento, debió ser un infierno... pero que ahora es un paisaje único.

Lo dicho, después de recorrer la zona, una parada en esa terraza al borde del mar, para relajarse y disfrutar del pescado fresco canario invitaba.

El personal es muy amable, nos puso al dia de lo que había en la carta y fuera de ella y empezamos compartiendo un pulpo a la plancha con un poco de mojo verde, que estaba espectacular, el gusto, el punto del pulpo, muy bueno y unos calamares a la romana, tiernos pero con el rebozado un poco blando para nuestro gusto.

De plato principal, nos dejamos aconsejar y pedimos un pescado de la zona, el cherne, pescado blanco, suave y gustoso, bien cocinado, que venían con las papas arrugas, como no, y acompañado del mojo verde y mojo picon, del que no quedaron ni rastro.

Una cerveza para beber y una botella de 0,5 Lt de vino blanco El grifo, malvasia (8,50€).

No hubo postres, solo dos cafés.

Creo que es una escapada muy interesante, pescado fresco, relax, bonito paisaje....

situado en el pueblo del Golfo, con una sala interior y una gran terraza al lado del mar.
Montaje básico con servicio muy amable y profesional.
Estupendo producto del mar, con sabores para mí de la infancia.
Comimos: gueldes -buenísimos-, gambas de la Santa -dos palabras im-presionantes-, medio cherne a la plancha con punto perfecto, de postre vasito de postre tradicional hecho con galleta, leche condensada, leche evaporada....total un delicioso pelotazo.
Carta de vinos corta pero siempre con alguna fantástica malvasía de Lanzarote a buen precio.
Un sitio para tener en cuenta cuando se va a Playa blanca o a visitar el parque nacional de TImanfaya.