Restaurante Rías Gallegas Zaragoza en Zaragoza
Restaurante Rías Gallegas Zaragoza
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
35 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
3.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
1.0
Comida COMIDA
4.0
Precio medio entorno ENTORNO
3.0
RCP CALIDAD-PRECIO
3.0
Opiniones de Rías Gallegas Zaragoza
OPINIONES
1

Recomendado por un amigo -que aún sigue siéndolo a pesar de la recomendación- vamos a comer una mariscada al restaurante en cuestión.

Prefacio: Vaya por delante que discrepo absolutamente de la recomendación que se hace en este foro del Restaurante. Es, directamente, malo de solemnidad, pero valga esa recomendación como hilo conductor de esta crítica.

"El restaurante Rías Gallegas Zaragoza está situado muy cerca del centro de Zaragoza". Cierto, pues está a 10 minutos de la plaza del paraiso y del corte inglés, nucleo central de Zaragoza city.

"Como su nombre indica, este restaurante está especializado en la cocina gallega más tradicional". Yo no la ví por ningún lado; la mariscada reguleja tirando a mal y lo de "tradicional" no lo comprendo. Vi mucho arroz caldoso ¿no es esto más propio de otras CCAA?

"Aquella (cocina) de raigambre marinera que te transportará a los tiempos en que los pescadores preparaban sus calderetas junto a la mar". ¿¿¿¿¿???? Si se tiene en cuenta que la dueña es sevillana -hay fotos que lo atestiguan- la verdad es que la afirmación tiene su aquel (y su otro). Para mí, que estos no han visto una caña (de pescar) en su vida, ni tampoco a un pescador.

"Rías Gallegas Zaragoza es un enclave gastronómico que destaca por su servicio amigable y cercano". Sí, una simpatía y locuacidad que te deja atónito. ¿Estas buenas las navajas o qué? Muy maño todo, solo faltaba el "co" y un buen empentón en la espalda.

"Una decoración cálida y tradicional". 7/8 mesas de madera con muchas fotos con algun futbolista (del zaragoza), torero y con la duquesa de alba (alfonso diez -el llamado "funcionario"- no está). Todo muy gallego, como se ve.

"Y una carta que cuenta con gran variedad de mariscos y pescados, siendo auténticos especialistas en la caldereta de patata gallega con bogavante o el gran clásico pulpo la gallega". Calderetas no vi ni una -paellas a barullo-; pulpos sí, como animal de compañia, porque otros no había.

"Todas estas características hacen de Rías Gallegas Zaragoza un lugar realmente acogedor, un lugar donde disfrutar de la mejor cocina gallega junto a tu familia o amigos y que a buen seguro hará que repitas". Al final opino sobre esto.

Y aquí es donde empieza el verdadero comentario.

Lugar relativamente pequeño. Mesas excesivamente juntas (chocando las sillas unas con otras).

Manteles de papel. Cubiertos de batalla. Platos regulejos. Y copas del montón.

El servicio: Los camareros inexistentes. La dueña y una chiquilla rubia que no sabe ni por donde le da el aire y absolutamente perdida. Más lentos en el servicio que chiquito de la calzada contando un chiste. A nosotros nos tardaron en servir la mariscada 30 minutos -ya nos lo dijeron, "tendreis que esperar"- y a un matrimonio de al lado, para una paella, 1 hora; de hecho tuvieron que pedir una nueva ración de pan -sí, se comieron dos antes del arroz- porque tenían más hambre que carpanta.

Al sacarnos la mariscada le tuvimos que decir a la chiquilla que nos quitara el plato hondo que teníamos encima del plato llano, porque si no se lo decimos nos tenemos que comer el bogavante como si fuera una sopa. Por cierto, no cambian el cubierto ni el plato ni una sola vez.

El servicio del vino: esa es otra. Van dos "flores". 1) 15 minutos para sacarnos el vino. 2) ¿qué vino quieren?. Pues un albariño.. Y nos sacan un verdejo al que la propietaria definió, en definitiva, "como un albariño casero" (madre, madre!!!!).

La comida: Necoras aceptables; langostinos regulejos; berberechos crudos; mejillones malejos; boquerones fritos (lo mejor); sepia (aceptable); bogavante (pssss!!).

Y entre unas y otras, a los de al lado (sí, los del pan -que ya habian amenazado con irse si seguían esperando (tres raciones de pan son muchas ya)-) les sacan un arroz caldoso que se comieron a toda viruta tras la cual llego la mejor escena del día. El camarero le echa una mancha en la gabardina a la señora -que aquél intento limpiar sin suerte-, yéndose la señora al servicio (yo no me atreví), momento en el cual a la señora se le engancho la falda -al parecer, con algo de la silla- acudiendo al baño en plan deshabillé (que escenón). Pidieron la cuenta, tres veces!!!, y salieron escopeteaos.. vamos, como mi mujer y yo.

La jornada acabo agradablemente: comprandonos unos quesos en ECI y tomándonoslos en casa con un buen riesling.

Volviendo a la recomendación: No repito ni loco, ni en familia -no vaya a ser que se acuerden y no me quieran cuidar de mayor-, ni con amigos -los cuales quiero conservar-.

Una auténtica risión. Casi tanto en vivo como escribiendo este comentario.

pd. Al día siguiente comí con un aldo conterno bussia soprano del 99. Los hados -esta vez sí- fueron justos conmigo.

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