Muy injusta me parece esta valoración. Hay dos salas una para fumadores y otra para no fumadores. La de no fumadores es amplia y espaciosa. Los niños son niños, y no tienen prohibida la entrada, aunque sean pijos. Y en cuanto a precios se supone que la gente los ve en la carta antes de pedir, por lo cual es absurdo quejarse a posteriori, a pocos metros hay una panadería que hacen bocatas, seguro le hubiera salido más económico. Lo que importa es que la comida que dan sí lo vale.
Federico Vidal