Restaurante Manglanoparatomar en Valencia
Restaurante Manglanoparatomar
País:
España
Provincia:
Localidad:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
15,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
30 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.6
Comida COMIDA
8.0
Precio medio entorno ENTORNO
6.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.5
Los Quesos de Nuestro Carro
Carpaccio de Alcachofas con Queso Comté
Jamón Ibérico de Guijuelo
Tabla de quesos
Primer plano del carro de quesos
J. M. Manglano y su carro de quesos
Opiniones de Manglanoparatomar
OPINIONES
14

Como comenta G-M, se trata de un restaurante peculiar, una charcutería o mantequería para degustar sus productos in situ. Está situado en los bajos del bonito mercado de Colón, por lo que el entorno del mercado es excepcional. Ya una vez dentro de este rincón mitad tienda mitad restaurante, la cosa cambia. No está mal, ojo, pero no deja de ser un pequeño apartado con unas mesas más o menos cómodas y un menaje y cristalería correctos.
Celebramos allí la cata 222 de la Peña La Verema, el menú se detalla en el blog de la peña. De todo lo probado, decir que el jamón de la casa estuvo correcto y las tapas clásicas también. De lo que más me gustó un curioso salmorejo con almendra, que más parecía un ajoblanco con tomate, el carpaccio de vaca vieja que estaba realmente bueno y, lo mejor de la noche ese carro de queso espectacular donde José Manuel Manglano se mueve como pez en el agua. Es una maravilla verlo trabajar, la pasión y el mimo con el que trata cada uno de sus quesos, cómo confecciona las "tablas", los pasos para ser degustados... Solo por eso merece la pena la visita, solo ver ese carro y degustar su quesos perfectamente afinados, Manglanoparatomar es una opción excelente en pleno centro de Valencia.
Como íbamos de cata no vi la carta de vinos, así que mi valoración va en función de la calidad de las copas, correctas pero mejorables, aunque tampoco creo que sea un restaurante dedicado al consumo de vino en óptimas condiciones, y servicio atento y siempre dispuesto a ayudar.

El precio es solo de la comida, sin vino.

En los bajos del Mercado de Colón, la reconocida Charcutería Manglano ha abierto un córner-bar pegadito a la misma para poder degustar in situ sus productos.

Un nuevo exponente de este modelo que está en auge y que, que yo sepa, no tiene nombre todavía. Pero lo tendrá. ¿Intentamos un par?: “gastro-charcutería”, “gastro-mantequería”…

Fuimos a cenar, y la verdad es que lo han hecho bonito. De fondo, perfectamente iluminado, el frontal de la mantequería, y a su lado este espacio en forma de curva, moderno y bien concebido.

Tiene la particularidad de que entabla sinergias con los puestos de al lado, una pescadería y una carnicería, por lo que, pese a no tener cocina, ofrece una aceptable variedad de viandas.

Cuando te sientas te parece estar un poco expuesto, pues no hay nada que lo separe del distribuidor del mercado, nada que sirva de parapeto y otorgue intimidad. Al poco rato despliegan un paraván transparente que, si bien no proporciona la intimidad comentada, si que protege de las corrientes. Al final, estás a gusto, en un entorno agradable, eso sí, sin grandes comodidades y con las mesas muy justitas de tamaño.

Cenamos:

Ensalada de tomate y ventresca
Ostra fresca
Sardina ahumada
Surtido de salazones (huevas de maruca, huevas de mújol y mojama)
Jamón de bellota
Tablas de quesos

Soy cliente desde hace años de la charcutería, y la calidad fue la esperada: muy alta.

Lo mejor de la cena -y lo que a mi juicio supone un elemento diferenciador con su competencia-, fue el carro de quesos, del que se ocupa el propio José Manuel Manglano. Un absoluto deleite escucharle, elegirlos junto a él y degustarlos. ¡Cómo sabe este hombre de quesos!. Espectacular, porque además comunica bien, con locuacidad y pasión. El carro, con el que se pasea de una mesa a otra, no se, pero seguro que lleva más de 25 referencias, con gran predominio de las francesas. Nuestra primera tabla tuvo esta secuencia: Cathare – Brie Meaux – Gouda curado – Libarot – Stilcheton, todos ellos de leche cruda. Estaban tan ricos, que pedimos otra tabla, con otros 5 distintos que casi superan a los primeros.

Correcta carta de vinos, puedes encontrar “cositas”… Optamos por cenar con cava, y bebimos, entre 4, dos botellitas de Castellroig B.N. y una de Huguet B.N.

No tomamos postre, pero nos agasajaron con una copa casi helada de Don Px, y luego tuvieron la ocurrente iniciativa de ponernos en el centro de la mesa, un orujo de café impresionante, que desprendía un aroma realmente cautivador, antes, claro, de que uno de los comensales se lo bebiera y nos dejara sin aromita…;-)

Una curiosa y simpática alternativa.

Repetiremos de cuando en cuando.

Situado en los sótanos del Mercado de Colón, junto a la tienda, se ha realizado una actuación funcional (mesas bajas junto con otras altas, con taburetes, más informales) para acondicionar el local. Como bien se ha comentado, el producto pasa de la tienda a la mesa. Pero ¡mamma mia! qué producto...
Al final de la corrida: media ración de cecina de Astorga, ambutido de payés, tosta de sobrasada mallorquina de porc negre, media ración de salchichón y chorizo Joselito, dos ostras (procedentes de la pescadería contigua, Martin&Mary), media ración de salazones y degustación de seis quesos procedentes del carro de la tienda (esto último maravilloso, y es un pecado ir y no probarlos).
De beber, dos tercios de barril de Dinkelacker, bien tirados y un gin-tonic de Martin Miller excelsamente preparado con un precio (9 euros) que para si quisieran muchos pubs, como marciana forma de maridar los quesos.
Es un placer escuchar las explicaciones de J.M. Manglano acerca de los quesos, y ver la atención y cuidado que pone, tanto a la hora de servirlos, como de atender a los clientes de mesas contiguas.
Recomendadísimo.

Bajo el concepto "de la tienda a la mesa" abre este nuevo local en el Mercado de Colón, después de la exitosa inauguración el pasado 6 de octubre.
Un espacio diferente, moderno y agradable donde se ofrecen cuaquiera de los productos que tiene en la conocida charcutería Manglano (quesos, salazones, ibéricos, ahumados...), además de marisco fresco y otros productos de calidad. Productos recien elaborados, de una calidad excelente y sin manipulación alguna.
Optamos por hacer un picoteo. Tomamos una ración de 3 tipos de salazones (mojama, huevas de mújol y atún); boquerones en vinagre; una ensalada tomate valenciano con mozzarela (impresionante, prácticamente se deshacía en la boca) y unas quisquillas cocidas (fresquismas). Para acompañar, pan recién horneado con tomate y aceite.
Disponen de una variadísima carta de cervezas y algunas referencias de vino por copas. Al final optamos por una cerveza alemana de importación (Das Weizen) de trigo y cevada, en formato de medio litro, a la que fuimos invitados.
Los camareros en realiadad son profesionale charcuteros y conocen muy bien el producto. Fuímos atendidos muy amablemente y en tono amigable, cierto es que algunos de los camareros ya los conocíamos de las tiendas de Manglano.
Al final la cosa salió sobre los 15€ por persona. Bien de precio teniendo en cuenta la calidad del producto ofrecido, pero que puede variar mucho en función de lo que se pida.
En definitiva, un espacio diferente, con una nueva forma de trabajar y servir el producto y donde disfrutar de charcutería de alta calidad.
El precio es sin la bebida

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