No fue lo esperado..

Teniamos ganas de ir a este restaurante porque habia visto alguna reseña en periodicos locales alabando la cocina de Flora Mayol. Reservamos el dia antes y pedimos en el comedor ya que la terraza es muy grande pero bulliciosa. Este fue el primer error. El comedor es pequeño, desangelado y con una reverberacion de ruidos altisima. El colmo es que en las dos mesas de al lado habia niños. Especialmente el niño de justamente la mesa de al lado. Como recordé los hilos de Verema en cuanto a dejar entrar niños sin civilizar en los locales... ( o mejor dicho, padres sin civilizar)¡¡¡. Nos amargaron la cena. El niño se paso todo el tiempo correteando y chillando, ademas de revolcandose en el suelo.
Voy a la cena.
Compartimos un micuit con pan de especias. Micuit corriente de supermercado con un pan de especias que resultó ser tremendamente dulzon. Regular, tirando a mal
De segundos, yo opté por la lasaña de esparragos, beicon y no sé que mas..tras la explicacion por parte de la camarera de que ese y el taco de atun eran los dos unicos platos fijos de una carta que cambian cada semana. La lasaña buena.
MI pareja pidio un taco de vaca gallega que estaba bastante bueno en calidad y punto de carne.
Bebimos un Hito 2008 que nos agradó sin mas.
No pedimos postre.
La carta de vinos es corta y mas bien carilla,
A mi modo de ver, este tipo de sitios los hay a patadas en una ciudad a mejor precio y calidad pero quiza en esta zona donde predominan los arroces y frituras, es un oasis, especialmente para los lugareños que no tienen que ir a Cartagena para cenar saliendose del pescado local.