....y reafirmo lo publicado en mi valoración de hace más de una año.
Sinceramente no logramos acertar con este restaurante que tiene muy buen escenario y buena decoración, aunque la cristalería no está acorde con el entorno.
El servicio a cargo de uno de los propietarios es totalmente impersonal y cerrado, sin ganas de hacer el más mínimo esfuerzo para agradar al cliente.
Servicio de vino inexistente, se limitó a abrir la botella y dejarla en la mesa, eso sí como detalle dejó el tapón junto a la botella
De los diversos menús que ofertan nos inclinamos por el denominado menú Sinfònic. Sinfonía de desatinos.
De varias opciones de primeros nos decantamos por una ensalada tibia de setas confitadas y "fesols" de Sta Pau sin una triste vinagreta que alegrara la ensalada, solo con el aceite de saltar las setas en la paella, por cierto setas totalmente insulsas y unos trozos que deberían ser parte del tronco de la setas, al preguntar que tipo de setas eran la respuesta fue rovellons y ceps....???? setas que si por algo se distinguen es precisamente por su sabor.
El otro primer plato fue arroz cremoso de alcachofas y setas. Sin mención especial.
Los segundos: dorada al horno con patatas panadera, la dorada correcta las patatas sin comentario y pierna de pato confitada con patata al caliu, también sin comentario la pierna más que confitada parecía hervida y luego pasada por la plancha para dorar un poco la piel.
De postre tatin de manzana con salsa de ratafía y helado de vainilla y brownie de chocolate negro con nueces y helado de regaliz.
Lo mejor: el pan cocido en horno de leña del cercano pueblecito de Hostalets d'en Bas
Una cerveza La Volcànica 3,90 + iva, vino tinto Llavors DO Empordà
servido a la temperatura correcta, faltaría más!!!
Un café y una infusión.
Local grande con muchas mesas y escasa ocupación, por algo será.

El otro dia descubrimos este nuevo restaurante en Olot y no soprendió, después de leer la crítica anterior.

És un restaurante el qual hace una apuesta por los vinos de promidad, en su caso empordà y muchos de sus productos són de su territorio, a parte hacen Cocina Volcànica.

La cocina és buena y el servicio fue muy correcto y agradable.

Por lo que presta al precio todo depende, però en nuestro caso tomamos el menú degustacion y quedamos llenos, disfrutamos y acabamos con un fin de semana en la Garrotxa, redondos.

Ubicado en una casa señorial del centro de Olot con una distribución de mesas muy agradable y una terraza en el patio posterior para unas románticas cenas, este restaurante posiblemente regentado por restauradores que no son de la zona de la Garrotxa ofrece menú y carta. En esta ocasión por ser un día laborable nos inclinamos por el menú del día.
Los primeros platos que pedimos fueron aceptables pero los segundos....
Una pechuga de pollo a la plancha que tuve que devolver a la cocina porque estaba totalmente cruda, y unos pies de cerdo a la brasa que eran hervidos y con un pequeño toque de plancha, brasa o similar totalmente insulsos,sin gusto alguno acompañados de una salsa romesco fuertemente avinagrada y con todos los visos de ser una salsa industrial. Nunca antes había ni comido ni visto en carta alguna los pies de cerdo acompañados con salsa romesco.
Por dos cervezas nos cobraron 5 euros. Postre industrial y buen café.
Con la gran oferta gastronómica que dispone la comarca de la Garrotxa, con su cocina volcánica auguro una corta vida a este restaurante si continua en esta línia. Como ya le sucedió al anterior restaurador que ocupó este mismo local y que ofrecía platos de cocina elaborados quien sabe donde, conservados y envasados al vacio y limitándose a calentar estos platos.
No señores no en la Garrotxa se hace otro tipo de cocina!!!!