No queda más remedio que volver

Hacia tiempo que tenia este restaurante en el capítulo de “a visitar”, y el sábado con un buen día por la mañana, de los pocos que luce el sol en este verano, allá que nos acercamos cuatro personas, tras visitar la feria de quesos de la vecina localidad de Cobreces.

Como el día lo pedía y aquí el sol hay que aprovecharle cuando sale, de entrada nos sentamos en la campa de la ermita en unas sillas dispuesta en tal día al efecto y dimos cuenta de una ración generosa de:

- Rabas de calamar fresco con compota de limón de Ruiloba y jengibre; buena textura y curiosa el acompañamiento, pero que realmente no use mucho del mismo al ser tan buena calidad las rabas y por tanto decidí no enmascararlas.

Acompañamos este aperitivo con Mantel Blanco 2011, con unas buenas copas y su correspondiente camisa.

Pasamos al comedor acomodándonos en una mesa junto a la cristalera, desde la que se ve el mar Cantábrico tras una pradera y una coníferas.

Sala llena (son solo unas 8 mesas), mesa bien vestida y amplia, rápidamente atendidos, decidimos compartir de entradas al centro (servido en cada plato posteriormente por el camarero)

- Fritos de rabo de toro con salsa de barbacoa casera: curiosa presentación en unos taquitos cuadrados rebozados con una salsa muy suave. Me hubiesen gustado con algo más de gelatina en la carne, pero sin embargo un compañero se felicitaba por ello.

- Bocartes empanados rellenos de tocino ibérico con mouse de queso fresco pasiego condimentado: otra curiosidad agradable.

- Flan de morcilla de Villada con quesuco de Guriezo y piquillos; muy buena, con una buena untuosidad ¡aplauso unánime¡
De beber empezamos en los entrantes con Quinta Apolonia 2010, tras acabar el Mantel Blanco (como no)

En cuanto a los platos, tomamos:

- Albóndigas de vaca de Cantabria con foié y crema de patata trufada.

- Mejillones con tomatitos, albahaca y manzanilla de Sanlúcar, y

- Dos comensales, Cebolla rellena con lechazo de Mayorga: comentaré este plato que fue el que yo comí junto a otro comensal, nos gusto a los dos y mucho, buena la carne de la cebolla, buen tamaño y el relleno, excelente.

Este plato le tomamos con Trascasas tinto reserva 2007.

De postres:

Barrita de chocolate blanco y negro con salsa de tofe y crumble.

Tarta de avellana caliente con crema de café.

Pan crujiente con mantequilla, helado de leche y frambuesas: los dos anteriores buenos, pero este, que fue mi postre, especial con un pan en pequeñas porciones, con una sensación de crujiente y el helado muy logrado con una buena cremosidad.

El servicio muy atento, con un buen ritmo de platos y con cambio de copas a cada botella.

La carta de vinos con unas buenas posibilidades, quizás una poquito subida de precio.

Salió el responsable de cocina a saludar a los postres.

El precio total ascendió, por lo comentado mas 6 cafés y agua a un total de 158 euros (no llego a 40 euros comensal) que dado que se tomaron 3 botellas de vino, cuatro entrantes, cuatro platos y tres postres, me ha parecido un muy buen precio.

  1. #1

    Craticuli

    Gran menu, la cebolla rellena me encanta, recuerdo unas que hacian en un bar de un pueblo cercano a Albacete, rellenas de manitas y gratinbadas, suculenta receta.
    Saludos.

  2. #2

    Hambrebuena

    Me lo apunto para la próxima, que ya sabes que no hemos tenido tiempo para más...
    Por lo que cuentas, muy buena pinta todo, especialmente ese flan de morcilla con quesuco, ñam, ñam! ;-P

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