Barcena Mayor, es de los pueblos que mas me ha gustado de España, en el se respira un aire como de reposo, un puebo anclado en el tiempo. Todos los pueblos y ciudades encantadores que conozco, han sufrido poco mas o menos el proceso que describo a continuación.

Una epoca pasada de esplendor, lo indican las casas blasonadas y multitud de detalles ornamentales en sus sus fachadas y un repentino, ,por el motivo que sea , decaimiento economico.

Gracias a esa pobreza, tienen hoy su riqueza. Es decir, como no habían recursos las viviendas no se reconstruyeron y siguieron impertérritas el paso del tiempo.

Disculpad esta pequeña introducción pero creo que merece la pena para situarnos en el entorno.

Al final de la población, que viven unas 20 personas, así me indico un camarero, junto a un precioso riachuelo, en su ladera, se sitúa este mesón restaurante, en un entorno verde intenso y suele tener cielos plomizos.

El restaurante, por fuera es un edificio bastante nuevo de piedra y adornado con geranios, es agradable. Ya dentro es un local, cálido sin ser excesivamente lujoso, pero suficientemente confortable excepto por sus sillas duras, de madera, como indicando, que es un restaurante de dos o tres turnos.

El servicio es muy amable, y extremadamente rápido. Recomiendo tomar el cocido montañés y las fabes con venado.A 5 y 6 euros la ración respectivamente. Los dos platos exquisitos, alcanzando lo sublime el estofado de fabes y venado. Las raciones son gigantes, estamos en Cantabria, así que no recomiendo tomar nada mas. Nosotros tomamos ademas chuleta, que fue servida sobre una gran piedra, resulto estar excesivamente hecha y algo dura pero para los 24€ el kg, pienso que tampoco se puede exigir mucho mas.

El apartado de vinos pues suficiente para la categoría del local. Elegimos dinastía Vivanco cza 2007 creo recordar a 14 €, que me supo a gloria con el estofado. Postre tomamos uno casero rico tambien