Restaurante Quimet & Quimet en Barcelona
Restaurante Quimet & Quimet
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
6,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingo noche, lunes y Agosto
Nota de cata PRECIO MEDIO:
20 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.0
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
6.9
RCP CALIDAD-PRECIO
5.9
Opiniones de Quimet & Quimet
OPINIONES
25

Quimet & Quimet, un lugar inexcusable para todo aquel que se precie de conocer la Barcelona gastronómica.
De larga tradición familiar, en este local minúsculo con tres mesas altas sin taburete y una barra se come y se bebe de pie entre una legión de parroquianos fieles y devotos venidos de todas partes. La gracia del sitio es la excelsa calidad de todos los productos, que son seleccionados, mezclados y montados al momento por Quimet y su hermana con una habilidad y un buen gusto dignos de admiración -no en vano me consta que, de tanto en tanto, el mismísimo Ferran Adrià se pasa por aquí-. Aquí, si algo no falta es fantasía y originalidad.
El trato, especial. Quimet opina, saluda y bromea como le viene en gana, pero siempre con buen tono y con un cierto punto de sarcasmo. A la hora de retirar cubiertos, alguien se pasa con un cubo de plástico y recoge platillos, copas y lo que haga falta. A la hora de cerrar las puertas -pronto, hacia las 22:30-, se cierra y punto; los que se quedan dentro podrán ir saliendo pero ya nadie podrá entrar.
Los vinos, a cientos, desde las calidades más sencillas -siempre dentro de unos mínimos-, hasta botellas de precios astronómicos, que puedes degustas en el local o comprar y llevarse a casa. Lo mismo se puede decir de los licores y aguardientes, de las mejores calidades y orígenes.
Resultado: un lugar de visita imperdonable, especial y con un sabor que sólo otorga el paso del tiempo y las generaciones.

Curioso donde los haya, pequeño lugar con un encanto particular. Su estética es de bodega, pequeño espacio de madera , 3 mesitas en el centro para poder reposar la copa la cual se cata meridandola con alguna tapita que el dueño te ofrece a su libre albedrío. El producto excelente, de primera calidad, escogiendo la matéria prima con dedicación, se nota en el gusto y en la preparación, un deleite para los sentidos...
Vinos de todas las regiones, precios variados siempre escogiendo el producto con sentido. La selección de las tapitas es extensa, des del las croquetas caseras, jamón pata negra....a sus exquisitas invenciones y combinaciones con buenos aceites D.O. , vinagres que meridan con salmón, anchoas, quesos...variedad la hay! claro está que si no tienes sitio tendrás que esperar en la calle, no es para hacer la gran sobremesa, es para disfrutar de una copa de buen vino y degustar algun platillo que consigue sorprender al estómago. el ambiente es variopinto pero suelen ir veteranos del lugar por el trato y la calidad de su camarada.
os lo recomiendo, un sitio para ir a menudo.

Todo un clásico del Poble Sec. Es un placer dejarse caer entre semana (abren por las tardes de 19.00 a 22.30) y dejar que ELLA (como ya dice otro comentario) nos prepare un montadito a su libre albedrío (especialmente bueno el de Micuit de Foie). A partir de jueves y viernes es dificil poder incluso "llegar a entrar" (el local es pequeño). Se trata de una pequeña tasca/tienda cuya visita por si misma ya vale la pena. Selección de vinos por copas siempre interesante (a nivel de referencias y venta de botellas está muy bien surtida). La selección de ahumados de las mejores que conozco. Y en el postre... ahi otra vez estamos en maravillosas manos que nos deleitarán. Su cerveza tambien es "marca de la casa". El trato familiar y agradable, a la segunda visita ya te hacen "de la parroquia". Los precios al nivel de la calidad. Un punto de referencia del tapeo en BCN.

Pequeña joyeria gastronomica. Productos de prmera calidad tratados de forma creativa y con respeto. Ofetta de vino a copas impresionante. No desperdiciar ni su cerveza especial de la Cas, fabricada en Bélgica, ni su amplia oferta de maltas... ttrato cordial y amable. Un consejo, al final de una degustación, que habreis empezado hacia las 2 y terminado cerca de las 4 (las prisas son siempre malas consejeras) pedir que ELLA os prepare un Gin Tonic... Inolvidable.

Diminuta taberna/bodega (12 m2). Trato familiar y eficaz. Impresionante, por variedad y calidad (extrema) selección de quesos, ahumados, panes, aceites, conservas, encurtidos y otras cosas inimaginables (alucinante la gelatina de moscatel) servidas en forma de tapas y montaditos extremos. Lo mejor es decir "ponme lo que quieras". Siempre sorprende y sales alucinado. La bebida no se queda atrás. La mayor densidad de botellas (vinos y destilados) de la ciudad. Llega hasta el techo y se sirven por copas o por botellas (a precio de tienda). A pesar de las diminutas copas y que se consume de pié se merece el 5 en cuanto al vino, por el espléndido homenaje visual y la calidad y cantidad de referencias. He ido decenas de veces y siempre salgo con la sensación de que es barato (lo és) y que todavía no lo he visto todo. Imprescindible lugar desde hace años. Alguien tenía que decirlo.

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