No me puedo creer que todavía no haya escrito un "review" del Quimet i Quimet. De lo más autentico y verdadero de Europa!. Merece la pena pasar por el Poble Sec y perderse por sus calles, y no dejar de visitar el Quimet. Para lo que sea: comprar vino, tomar una tapa y aperitivo rápido o pegarse un homenaje de varios montaditos. Tienen un queso Idiziabal expectacular, aunque es dificil de encontrar por motivos de oferta-demanda. La cervazo belga hay que probarla. Todos los productos son de la mejor calidad, incluidas las "chips" traidas de Inglaterra. Suelo visitarlo solamente para comprar algunos de sus productos.
Lo mejor: llegar alli y pedirles que te hagan un montadito a su elección. No falla. Solo tiene 2 "peros": el horario "de ministro" que gastan y que nos estén franquiciados....debería haber un Quimet i Quimet en cada pueblo de este país (por decreto de ley)
Enhorabuena.

Segunda vez que acudo a esta pequeña tienda de productos groumet, y la verdad, creia que seria imposible superar mi primera visita, pero así fué. Eramos un grupo que fuimos a por un aperitivo antes de ir a cenar, y le dimos total libertad para preparanos los montaditos que quisiera, los preparó delante de nosotros con los mismos productos de primerísima calidad que venden, salmón, ventresca, anchoas, pimientos.... y todo combinado de una forma excepcional.
Cuando vuelva a Barcelona, seguro que me encontrareis en Quimet&Quimet, sencillamente imprescindible.
El precio en nuestro caso, unos 20 montaditos, una copa de vino, una cerveza y una botella de sidra, unos 60€.

Local diminuto, pero con una materia prima de primera calidad y bien elaborada. Es un sitio para tener en cuenta, en cuanto al precio muy correcto. Para volver muchas veces.

Son de esos sitios en los que te sientes bien, no por la comodidad (no lo es) pues comes de pie, sino por su autenticidad. Pese a su pequeñez y sencillez, abundan personas trajeadas que llevan clientes para sorprenderlos. La oferta muy interesante a base de quesos, conservas y alguna cosilla mas. Vinos "pa" aburrir. El barrio ayuda mucho a su autenticidad. He descubierto otro templo.

Excelente comida, variada y con una calidad de materia prima que tumba.
Local diminuto pero con un encanto fuera de duda. Codazos y jolgorio.
Vinos a precio de tienda + 10-20%, pero copas de caña de cerveza :( y temperatura "ambiente". Tampoco es que el hecho de estar de pie y apretado permita el disfrute del vino en las mejores condiciones, pero por lo menos unas copas decentes serian de agradecer.
Aun así, de visita obligada.

Fantastico local, diminuto eso si, pero con un producto y saber hacer digno del mas grande de los locales (si es que tamaño alguna vez fue sinonimo de calidad)

magnifico!

Sólo añadir que a más a más de magnificos montaditos, platillos comibnados, tabla de quesos, postres de aupa (no os perdais el advocaat), sirven muy buenos copazos. Nosotros que "semos" roneros nos encanta su susrtido de ron. El dorado 12 casi no se encuentra y hace unos cubatas (mucho hielo, ron, unas gotas de limon o lima y cola) para quedarse en blanco. Y los "Güiskis"...............
Lástima que el horario no es tan amplio como algunos desearíamos, pero que carallo. Olé por ellos si pueden permitirse el lujo!!!!!!!!!!

Ya se ha dicho todo sobre este diminuto templo del sibarita. Solo dejo este comentario para que conste que nosotros también lo hemos pisado y no nos defraudó. Simpatía a raudales y savoir-faire en cada pequeño tesorito que te sirven entre codazos y jolgorio. Imprescindible conocerlo.

Como siempre hablando de quimet&quimet se ha de calificar con un 10, excelente servicio , excelentes productos y sobre todo escelentes personas. un 10

Uno de los mejores locales de Barcelona al que va gente de todas las partes del mundo. Puedo presumir (modestamente por supuesto) de ser uno de los parroquianos que se mencionaban en el comentario anterior. Y sí, Ferrán Adriá se pasa por allí de vez en cuando, de hecho son bueno amigos, yo estuve cenando a su lado una vez.

Es uno de los mejores lugares para disfrutar de uno de sus cientos o miles de vinos acompañados por alguna tapa o surtido excelente de los que tanto Quim, como su hermana Joana preparan.

Para mi, un diez en todo, incluso en el sitio que, aunque es pequeño y no te puedes sentar tiene un encanto como ningún otro.