Buen restaurante de hotel.

Restaurante perteneciente al Palacio de Sober y en el que el entorno ha sido perfectamente definido en el comentario anterior.
Optamos por el menú degustatacion a un precio de 39€, el nombre de los platos no los recuerdo exactamente ya que la cuenta la pasaron a la habitacion.
Comenzamos con un aperitivo de brandada de bacalao, bueno.
Carpaccio de careta de cerdo, correcto.
Canelon de marisco, muy buenos, sin duda el mejor plato.
Carrilleras de rape, buenas.
Piramide de rabo de vaca, se presentaba deshuesado y en la forma indicada, muy rico.
Milhojas de bocabits con una especie de crema o helado, rico y sorprendente.
Gelatina de gintonic con helado de lima, perfecto final.
La carta de vinos no es muy extensa, aunque dispone de referencias interesantes, eso sí a precios x2 e incluso x3, para la ocasion pedimos Lapola 09 a 29€, servido en copas Schott y presentado en cubitera y una copa de Algueira para el rabo.
Terminamos con unos chupitos de orujo.
El personal de sala, me dió la sensacion de estar un poco desbordado con el comedor casi lleno.