Muy buena opción en LLafranc, un restaurante bonito y acogedor con una buena disposición de mesas aprovechando muy bien el espacio, salvo las dos mesas de al lado de la puerta de entrada.
Cómodo, con un ambiente relajado.
Buen servicio, especialmente el que supongo que es el dueño, con buenos consejos y adaptando algún plato al gusto del cliente.

Ofrece una carta algo mas trabajada que los restaurantes de la zona que he podido visitar, mas basados en el pescado.

De primeros una ensalada de habitas, foie y jamón, para variar, el jamón no va salteado, unas lonchas al lado de las habitas mas distintas hojas de lechuga y rúcula, un buen entrante, ligero y las habitas buenas.
La otra ensalada era de bacalao ahumado, venía con humus y alguna cosa mas que no recuerdo, el bacalao muy bueno con un toque de ahumado perfecto.

De segundos Rape con puerros y toque de mantequilla, realmente bueno, este matrimonio rape-puerro no lo había probado y me resultó sorprendente, me gustó mucho, el toque de la mantequilla le da un punto interesante, mi mujer cambió mantequilla por aceite de oliva, y la verdad, tenía otro punto, esto va a gustos, pero me gustó mas con la mantequilla.
Con el rape disfrutamos mucho ambos.

No pedimos postre.

La carta de vinos es corta, vinos de la tierra y algunos comerciales, también cuatro o cinco referencias por copas, todo lo que sirven a copas, lo pueden servir también en botella de 50cl. fue nuestra opción, un Resalso (11€), copas correctas y servido a temperatura.

Un café.

Creo que es una muy buena opción en la zona.

En la Costa Brava disfrutamos de muchos restaurantes, unos geniales, otros muy buenos, otros no tanto, pero existen algunas joyas en sitios insospechados que aportan una satisfacción especial ya que a veces un precio ajustado no es sinónimo de mala calidad. Este sería uno de ellos. Tanto en su terraza en verano como en su interior en los dias de otoño, disfrutando de su magnífico menú (incluyendo arròs a la casola típico de la zona) y su acurada carta. Platos escogidos muy buenos todos. Pescados excelentes. Y la carta de vinos que no es muy amplia pero con referencias escogidas que van cambiando y siempre hay alguna sorpresa. El precio es imbatible por la calidad. El menú con un vino de 25 euros sale por 23 euros pp. De carta 35 euros pp. Los postres son muy buenos. Hay que reservar,sobretodo en verano y con tiempo. Muy tranquilo. No es apropiado ir con niños pues los comensales buscan disfrutar de la comida y de la tranquilidad que ofrece el restaurant a pesar de estar en pleno centro de Llafranc. Os lo recomiendo.