Sorpresa, sorpresa

Me encontraba hospedado en un hotel muy próximo a este restaurante del que no tenía ninguna referencia, excepto que es una "sucursal" de Nacho Manzano (Casa Marcial) en Gijón, llevado por su hermana Esther, siempre bajo la atenta mirada del mediático chief. Así es que la curiosidad me llevó a este local... y acerté de lleno. Simplemente para repetir.

Situado en el Muséu del Pueblu D'Asturies y del que saca magnífico partido. Consta de un gran salón con decoración modernita. Una de las paredes con siluetas grandes y negras de ganado vacuno (divertido) sobre un una pared marrón, y justo enfrente un enorme ventanal de unos 25m que da a los jardines del museo, de donde procede tanta luminosidada natural en la sala. Además se pueden ver parte de las construcciones populares que se exhiben en el museo (hórreos, paneras, etc). Separación entre mesas generosa.

Carta basada descaradamente en productos de la tierra de primerísima calidad, pero para comensales heterogéneos: Platos creativos, casi de autor, y otros del recetario tradicional como la clásica fabada o el pitu de Caleya.

Servicio muy atento llevado por jóvenes con ganas, y desde luego eficiente. Toda clase de facilidades para confeccionar tu menú a base de medias raciones (sin recargo adicional). Sin embargo, tienen dos menús degustación: Uno corto y clásico (35€ ?), y otro más largo y creativo (62€ ?).

Solo un pan en el servicio, pero muy bueno, y degustación de tres mantequillas: De limón, albahaca y aceitunas negras.

Mi menú personalizado consistió de:

- Un detalle de la casa que no recuerdo bien (creo que era una crema fría de calabacín)

- Raviolis rellenos de boletus (media): Estupendos raviolis, con la pasta en su punto y amplísimo sabor proporcionado por el propio caldo de la cocción de los boletus.

- Callos de bacalao (entera): Impresionante guiso de los interiores del bacalao. Textura gelatinosa y de intensísimo sabor. No los voy a olvidar.

- Mero (media): Les pedí que me lo pusieran simplemente a la plancha (me aseguraron que era del día). Madre mía que punto el del taco de lomo del pescado: Soberbio. Ojalá hubiera pedido la ración entera.

- Pitu de Caleya (media): Aquí me dejó un tanto indiferente el punto del pollo, quizás por la parte que me presentaron (pechuga, siempre más seca que la que siempre he probado: muslo). Me acordaba del mero con nostalgia.

- Bizcocho fluido de chocolate: Espera de 15m que recompensa. Este es un postre con el que disfruto a tope. En este local, simplemente de ensueño. Chocolate, chocolate, y acompañado de un sorbete de frambuesa bestial de sabor.

Carta de vinos muy conseguida. No es muy larga pero muy bien estructurada y versátil. Si además los precios acompañan, pues mejor. En mi caso pedí Viña Tondonia Blanco Rva 2000 (23€ + IVA) servido en copas Spiegelau. Lo sirvieron demasiado frío para el vino que es, pero no hizo falta de cubitera en toda la noche. Atentos a rellenar.

Precio total: 85.86€ (inc. IVA, vino, pan y servicio a 2€, y botella de agua de litro a 2€).

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    G-M.

    Cómo se nota que disfrutaste!
    Enhorabuena por la experiencia y por la excelente narración.
    Un abrazo

  2. #3

    lsierrar

    en respuesta a G-M.
    Ver mensaje de G-M.

    Muchas gracias.

    No sé si a veces el recibir mucho cuando esperas poco hace que disfrutemos más. Este fue mi caso. Ni siquiera tenía previsto visitarlo durante este viaje. Pero te aseguro que volveré en unos días.

    Saludos

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar