Después del magnífico comentario precedente de JoseRuiz poco puedo añadir , entre otas cosas, porque estoy prácticamente conforme con todo. En todo caso alguna matización personal.
El carpaccio no me termino de convencer, quizá demasiado grueso el corte y no muy tierno.
Por supuesto la cuenta depende de lo que bebas. Nosotros bebimos Champagne Billecart Salmon Rose(9,95€) nunca falla y H. Donnhoff Norheimer Dellchen Trochen 2.007(101,25) muy bueno. Café e infusión.
El hecho que todos vayamos a cenar cuando se acaba la opera es un hándicap que tienen que sobrellevar.

Restaurante de reciente inauguración, regentado por Ricard Camarena. Está ubicado en uno de los salones de los bajos del Palau de les Arts “Reina Sofia” (Saló del Turia). Decoración moderna, minimalista, espacios separados a través de cortinas, todo en blanco (como el exterior del edificio). Mesas lacadas en blanco, sin vestir, tan sólo con unos salvamanteles, también blancos. El suelo vestido con una moqueta de un intenso azul casi eléctrico, pone la nota de color. Dispone de una agradable terraza de verano, donde poder tomar una copa, en este marco incomparable, que constituye la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Tengo entendido, que ofrecerán servicio de cena todos aquellos días que haya algún tipo de espectáculo en el Palau. El servicio es joven, simpático, dispuesto, profesional, pero falto de coordinación, a pesar que todos van interconectados (a través de un audífono), quiero pensar que necesitan un tiempo de “rodaje”. La cocina la catalogaría como de producto, con algún guiño creativo, donde la prioridad es la materia prima de calidad con la que se elabora y donde la técnica y la creatividad se ponen al servicio del producto. Todos los platos estaban ejecutados con precisión y adecuada presentación. La comida es de diez (aunque la puntúe sólo con 8.50 al no existir la opción de comer a la carta). Sólo ofrecen la opción de menú, por un precio de 39.50 euros (iva no incluido):

Aperitivo individual:
• Capuchino de tomates asados y queso de Almedijar.

Entrantes a compartir:
• Ensaladilla rusa de bonito casero con emulsión de aceitunas.
• Carpaccio de presa asada con ensalada de mostazas y encurtidos.
• Cogollos de lechuga empapados de vinagreta con anchoas del Cantábrico XXL.
• Coca de verduras asadas, pescados azules y aceite de frutos secos.

Segundo a elegir entre:
• Merluza asada con vinagreta de tomate y ensalada fría de pasta al pesto.
• Cordero asado con terrina de patata y emulsión de leche de romero.

Postre:
• Milhojas hojaldrado de avellanas, crema de cítricos y helado de piel de limón.

En cuanto a la carta de vinos es escueta: seis espumosos, cinco blancos, once tintos (Rioja, Ribera del Duero y Comunidad Valenciana) y tres dulces, en total 25 referencias, EMHO carta de vinos corta, aunque las referencias están muy bien escogidas. El precio de los vinos duplica el de tienda. Las copas buenas, aunque nada especiales. El vino se sirve a la temperatura adecuada, con los formalismos de presentación, prueba y conservación (cubitera para blancos y espumosos), aunque no siempre rellenan, posiblemente debido a la idiosincrasia del restaurante, todos los comensales van a cenar a la misma hora.

Algunos “peros”: los precios figuran sin IVA, el precio del servicio del pan (2.20 + iva por comensal) me parece excesivamente caro, ya que se trata de cuatro trozos no muy grandes, eso sí, de buenos panes.

Nuestra experiencia, cenando con el citado menú, servicio de pan, dos botellas de Do Ferreiro 2010, tres aguas minerales, tres cafés y cuatro combinados (3 grey goose con limón y un gin tónic de seagram’s –excelentemente preparado-), por 287.34 euros los cuatro.

Resultó ser el colofón ideal a una noche de ópera.