Callejeo por San Marco hasta plaza San Marcos, hay que ver otra vez esa plaza, ahora in the morning, desayuno frente a San Giorgio (nunca te cansarías de disfrutar de esa vista), regresar a por las rezagadas, cruzar el puente de Rialto, zapatear de arriba abajo San Polo y parte de Santa Croce, vaporetto desde Ferrovía hasta Santa María del Giglio (lo que supone navegar prácticamente todo el Gran canal, qué puta delicia)… y a comer, que se ha hecho la hora.
Decidimos sobre la marcha que el fin de recorrido matutino fuera en Campo San Stefano, con la doble finalidad de visitar esa zona y atender otro de los consejos de "El Don", comer pasta en A Beccafico.
La citada plaza (¡perdón!, “campo” que en Venecia sólo hay una plaza, la de San Marcos, lo demás son “campos”) es deliciosa, con varios restaurantes que extienden por ella sus terrazas, aprovechando que hacía una mañana formidable. Uno es el A Beccafico de marras.
A reventar las terrazas, no había sitio, es más había gente esperando. Y dentro vacío. No teníamos reserva (si me lee don JoseRuiz…). Oiga, ¿y dentro no se puede comer? Se lo pensó mucho, no entiendo el motivo, el caso es que iba, venía… y nosotros ahí de pié, en la entrada, como pasmarotes, sin saber dónde ponernos, molestábamos en todos lados. Y el paisano ignorándonos absolutamente. Me estaba poniendo de un humor que… Con cara seria y tono áspero le pregunté si había algún problema, si se podía comer dentro o no. Sí, disculpe. Y nos pasaron dentro. Joder, ¿tanto costaba? ¿Qué ha cambiado de antes de que le preguntara a ahora? Brrrrrr
Se me pasó el calentón en segundos, los que tardamos en sentarnos. Esto no hay quien lo entienda. Con lo bonito, luminoso, bien puesto y cómodo que se está aquí dentro, y solitos nosotros aquí mientras el resto de la gente se pegan por comer abigarrados al sol. ¿?
Qué bien se está aquí, oye.
Y cambio de tercio. Del cariacontecido camarero jefecillo que nos bloqueó entre la terraza y la entrada, pasamos a ser atendidos por el que parecía jefe de sala, un engolado pero simpático tipo, con buena planta y mucha, muchísima, pluma, labia y oficio. Nos confesó que de España adoraba el perfume de Adolfo Domínguez, que era el que él usaba, puesto que ahí en Italia era algo muy exclusivo. Vaya crack.
Le preguntamos por especialidades y platos típicos veneciamos y nos dijo que cero pelota, que esto era un restaurante siciliano. Ah, pues nada oye, ya nos dices que… Nos dejamos aconsejar totalmente con la premisa de acabar con pasta, y así quedó la cosa:
• Ensalada de gambas cocidas y rociadas con sésamo
• Pequeña composición de marinados
• Linguini con almejas, vieiras y calabacín
• Vermicelli con sardinas e hinojo silvestre
Antes nos sirvieron unos panes que estaban de locura, unos costrini con dados de tomate fresco y albahaca y otros tipo torta con aceite.
Correcta la ensalada, tenía su aquel, buena la piccola composición de marinados, esto en Italia lo hacen muy bien en general, sabrosos los linguini alle vongole y raciales, estupendos, los vermicelli, con ese puntazo tan marcado de la sardina, refrescada por el aromático hinojo. Ambas pastas al más rabioso dente, excelente cocción y calidad.
Para beber, una botellita de La Delizia Friulano 2014 Friuli Grave DOC. No había yo probado nunca un vino de la variedad friulano y me gustó. Me pareció un macabeo suave y elegante, con esos matices de cereales secos muy presentes y una almendra amarga al final muy peculiar.
Además de cariacontecido (que por fortuna ya no apareció más por allá, se quedó en “su” terraza) y del pizpireto, buen servicio en sala, atentos, perfectamente uniformados, inmaculados, buen manejo de los tiempos.
¡Bien tirada, Joaquín!
¿Como no se iba a molestar en jefe de la terraza si querias ponerle los cuernos con el jefe de dentro?
Yo soy más de terraza por la noche, por el dia a cubierto del sol (si hay aire acondicionado).
Saludos
Jaja, a ver si iba a ser eso... ;-)
Casi seguro que Diego ha acertado en la causa.
Me alegro que la cosa vaya bien de momento :-) Buen tiempo veo que os salió además, ladrón, cosa que se agradece mucho en Venecia con su umidità característica.
Me acuerdo del engolado, no ya del terrazero. Y, en efecto, recuerdo que el primero era muy amable.
Y no sabía yo que era un restaurante siciliano, y menos aún con la comida que os ofecieron, pues las composiciones con sardina son propias de Venecia, asi como el marinado de peces... Ya la pasta con almejas es un clásico más italianizado, propio de las localidades con mar.
Pero oye, pues una cocina más a la buchaca ;-)
Abrazo
Jaja, molto bene, benísimo tutto, Don.
Ya se han acabado tus las vistas a tus referenciadso. A partir de ahí ya nos buscamos la vida con "consejeros locales". La última noche intentamos ir a Osteria Santa Marina pero estaba lleno.
Abrazotes
Pues tu también evolucionas de alguna manera, porque a mi personalmente me has puesto la pasta a parir. ¡Bú bié, oye!
Jaja, pues sí.
Me aburre, como el arroz, los monocromatismos estos... Pero oye, un finde en Italia se pué aguantar
Luego te cuento si me ha aburrido el arroz con buey de mar que me espera en breves.
Que pena!
En mi opinion hacen los mejores dulces de Italia: cassata (tarta con chocolate, ricotta, manzapan y fruta escarchada...) cannoli, brioche, helados, gelatinas (gelo), tarta de pistachio, granita (granizado)...
Muchos de ellos de origen arabe.
Un saludo!
Cassata
Jajaja, todo, todo, todo, lo que es todo... igual no...
Oye, lo que tampoco te cuento es que me quedo en ocasiones sin ir a sitios interesantes porque no hay sitio, porque está cerrado ese día, etc... Esas cosas que al exmo Vicepresidente de Los Restauranteros no le pasarían.
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