Otro al que este VIP volverá

Retornado de nuevo a Venecia para cumplir con mis obligaciones universitarias, opto, dada la brevedad del viaje, por ir sobre seguro y me acerco -tras realizar con rapidez las compras de rigor (salame, biscottini, algún vino y un inmenso parmesano)- al restaurante A Beccafico, partiendo de las críticas previas vistas en esta página.

La reserva: Imprescindible (incluso, diría yo, en épocas no especialmente señaladas). Realizada por internet con confirmación inmediata. Comenzábamos bien. Y mejor seguimos...

La reserva la había hecho a las 21 h. Pero el hambre acuciaba -las reuniones con mis colegas italianos me dan hambre y, sobre todo, sed-, y llegué al restaurante con 20 minutos de antelación. La terraza estaba a reventar y el interior no me apetecía (25 grados, Venecia, una noche espectacular.. en fin, seguro que se me comprende).

Preguntado el maitre si iba a tardar mucho, comprobó la reserva y, de inmediato y a pesar de que estaba lleno, fue a preparar una mesa para mí. Ello me sorpendió un tanto, pues no había una mesa libre y sólo era uno. Todo lo comprendí al ver el libro de reservas, en el cual, junto a mi nombre, figuraba la indicación de VIP (siento de verdad el pisto, pero, como Dominguín con Ava Gardner, tengo que contarlo).

La razón: muy sencilla y sobradamente conocida por mí. Aquellos de quienes pierden unos instantes de su valioso tiempo para leer las reseñas o intervenciones que hago por estos lares quizá hayan podido ver que me dedico a la enseñanza en la Universidad. Mencionar ese sólo hecho en Italia a la hora de reservar un hotel o restaurante es, posiblemente, una de las mejores cartas de presentación. Un buen motivo para envidiar -y mucho- a los italianos...

Pero dejemos aparte la educación, y vayamos con los que aquí se trata.

Entorno exterior: Muy bonito.

Ubicado en una de las plazas más bonitas -y eso ya es decir- de Venecia: el Campo Santo Stefano. A cinco minutos de la inmensa plaza S. Marcos y del segundo de los puentes más famosos de Venecia -el puente, de madera, de la accademia (gran vista del canal/sitio de candados para los enamorados)

Varios restaurantes en la plaza, siendo éste el único que estaba lleno. Si se va a cenar, y hace buen tiempo, la terraza exterior es el sitio adecuado para apreciar un marco incomparable. Terraza con pérgolas blancas. Unas 60 personas. Mesas no muy grandes, pero suficientes. Sillas comodísimas. Decoración en blanco y negro. Separación aceptable y sin mayor rumorosidad (lógico al ser terraza), si bien, cuando un italiano se anima, siempre se queda escasa.

Entorno interior: por si la terraza se hace impracticable. También bonito, incluso elegante, coquetón. De las mismas características que el exterior, mesas más juntas pero con un ambiente más fino, y mucho más íntimo. Sobre unas 50 personas.

Servicio y servicio del vino: Camareros vestidos con relativa elegancia y muy atentos conmigo (aunque bastante preocupados por otras mesas). Sin agobiar, pero siempre pendientes. Rapidez en la atención y en el servicio entre plato y plato.

La cubertería era aceptable, al igual que los platos (blancos) y las copas de vino. Mesas con mantel de hilo y sobremantel. Una pequeña velita en la mesa. Todo correcto, pero sin ser nada especialmente destacable en este punto.

El servicio del vino fue inmediato. El vino que pedí -Irmana blanco (grillo, friuli), 25 euros- estaba con perfecta temperatura. Conservado en cubitera. La copa queda vacía varias veces y me serví yo -salvo dos veces-, lo cual puede considerarse lógico, pues, como ya he dicho, el restaurante estaba hasta arriba.

En cuanto al vino en sí mismo, tienen un carta aceptable, quizá un pelín sobrepreciada. Diversidad de vinos blancos y tintos (con las referencias más propias de la zona y aledañas). Algunos de los champañes más al uso, más sobrepreciados aún.

La comida: Sacan un pequeño aperitivo, un tanto decepcionante: trozo de pizza, que me pareció que era básicamente la masa, a la que le añaden algunos trocitos de tomate y un poco de cebolla morada. Frío. Propio de garito de pizza "al tranccio". Lo bien que hubieran quedado con un pequeño costrini.

A la hora de elegir hay una buena variedad de carta: 15 antipasti muy variados (me llamó la atención "los caprichos sicilianos del padrino" -pero eso es para dos). 12 tipos de pasta muy variadas. Algunas pizzas. 7 tipos de pescados y 5 carnes variadas. Tienen también los típicos postres italianos a los que hay que sumar una pequeña carta de quesos italianos.

Me decidí, como antipasti, por algo que me había quedado con ganas la vez anterior -las vierias, capesante en italiano (bonito juego de palabras)-. 4 vierias, tamaño medio/grande. Preparación excepcional y excelente cocción. Muy buenas. Presentación aceptable, con un sospechoso tomate cherry cortado en dos mitades y puesta en los extremos del plato (como para presentarlo en un programa de Masterchef!!).

Y de segundo, la pasta.. ese alimento que Dios dio al mundo para que los italianos hicieran con ella una obra de arte. Y de nuevo lo puede comprobar pidiendo uno de los clásicos "menores" de la misma: espaguetis con almejas (alle vongole). La pasta, excepcional; eso es "el dente", ese pequeño crujir, casi imperceptible, pero que se siente y se disfruta. Unas almejas, de tamaño medio, pero muy abundantes y de un sabor excelente, con un punto salino. Simplemente magníficos.

Qué pena de pan: 5 trozos, posiblemente precortados hace un rato, de un pan -solo uno- blandurrio. ¿Tan difÍcil es una chapatina o una baguetina?. Lo justito para ayudar a empujar... ay, ay.

Fiel a mi costumbre no pedí postre. Tuvieron un buen detalle que, al final, se quedó más en la intención que otra cosa. Invitarme a uno o dos chupitos de sendos licores. El clásico limoncello y otro que sabía a regaliz negro.

Los probé los dos. Seguramente, si hubiesen estado a 10 grados menos de los que me sacaron hubieran sido aceptables. Como me los tomé, infumables.. normal, pues iban recorriendo las mesas sin entra de nuevo al congelador/nevera.. Como el pan, qué pena estos detalles.

Por eso me limité a acabar el vino.. y a pedir la cuenta.. 67 euros, cifra que podría parecer exagadera, pero que -entiendo- con dos personas se hubiera visto reducida aproximadamente a 47 euros/pax, precio que se toma como referencia.

Lo cual, estando en Venecia, me llama a volver en un próximo retorno (en septiembre) a Venecia. Que no todos los días me toca que me consideren VIP.

  1. #1

    G-M.

    Y no pondría VIM?
    Very Important Maño

  2. #2

    Joaquin1965

    en respuesta a G-M.
    Ver mensaje de G-M.

    Je, je.. Pues ya lo digo en la próxima reserva.. con un par!!. Y a ver si cuela.

    Abrazo.

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