Cambio generacional

Antes de la pandemia el matrimonio de José Manuel (en compras y barra) y Chelo (en plancha) eran desde 1980 los artífices del éxito de un local (basta ver las pegatinas de la puerta) en boca de los seguidores del buen comer a pesar de lo pequeño y feo del espacio y de estar alejado de las zonas más gastronómicas de la ciudad; rápidamente se convirtió en una meca del picoteo (tapeo). Era una gozada acudir a final de la mañana cuando llegaba el jefe con la compra del cercano Mercado Central donde siempre importaba más lo mejor por delante de que el precio permita más ganancia. Y ese ha sido su éxito.

La pandemia puso el relevo generacional en manos de David, su hijo, y más ahora con la desgracia de la pérdida de Chelo. David sigue la senda de mantener todas las premisas del éxito: buscar el mejor producto del día, especia y muy mayoritariamente producto del mar y verduras de temporada, aunque eso conlleva que no hay carta de comidas sino un relato a pie de mesa de lo que hay a día de hoy según mercado (y al precio de hoy) y ésto puede echar atrás a algunos clientes nuevos y limita las posibilidades de elección. Creo que una cuartilla a modo de lista sobre unas pocas tablas de madera (en sustitución de una carta habitual) o un código QR para conectarse a la web, con la información de los platos del día y con el precio del día, costaría poco de elaborar y para los menos habituales o primerizos sería muy útil, incluso para los habituales porque al final, conforme los vas escuchando se te van olvidando y algunos te da miedo pedir sin saber precio, por ejemplo la gamba roja que varía mucho de precio según épocas, y aquí la tienen muy buena siempre, pero si vas con varios amigos, se te hace difícil insistir en probarla al menos.

El local, de forma tubular, tiene pocos cambios estructurales ya que no hay espacio para ello, además creo que ha perdido algo de un fondo lateral (en L que tenía), lo que limita más el número de mesas y el espacio, quedando espalda con espalda casi todas las mesas hasta el punto que no se puede comer con abrigos porque no cabrían las sillas; incluso la entrada está algo dificultada por las primeras mesas dejando solo 2 mesas a la izquierda que se anteponen a la larga barra; una fila de mesas a la derecha a modo de tetris que incluso tiene que sortear una columna. A pesar de ello transmite limpieza y ganas de volver.

Nos ubicamos en la mesa más al fondo que no tiene mesa a una de las espaldas y llegamos pronto porque es conveniente ya que el género tiene lo que hay y además venimos de la resaca de Fallas. El local se fue llenando casi al completo. 

Para beber caña y unos dobles de cerveza más un tinto de verano de inicio; luego seguimos con un José Pariente blanco verdejo 2023 que acompañó bien el tapeo de productos del mar. También los vinos se cantan a pie de mesa (ésto ya tiene poco sentido y sin informar de precios); el servicio consistió en descorche y autoservicio en copas buenas.

En la parte sólida y tras la información a pie de mesa, sin precios pero con la confianza de siempre:

. aperitivo: por cortesía de la casa y para acortar la llegada de la comanda, boquerón y aceitunas: tersos y carnosos los pescaditos y un buen aliño con aceitunas de sosa.

. ensaladilla rusa: de elaboración casera con los ingredientes muy cortaditos y bien ensamblada por una buena mayonesa; rematada con unos palitos de rosquilletas aparte. Más que bien.

. alcachofas plancha: bien deshojadas y fileteadas, con un paso por plancha ajustado y aliñadas con aceite y sal. Muy bien.

. navajas del Mediterráneo: en concreto del Delta del Ebro y son más pequeñas pero muy carnosas; paso por plancha ligero manteniendo los jugos y el sabor. Muy bien.

. tellinas: de tamaño medio/pequeño (es lo que hay), carnosas, siempre con el ajustado paso por plancha para respetar producto y un leve aliño. Notable.

. fritura de pescado: que yo recuerde siempre son boquerón y salmonetes pequeños (mollets) con un rebozado ligero y una fritura suave que los deja tersos, nada aceitosos y para comer enteros, espina incluida. Muy bien.

. chipirón plancha: pequeños sepionets preparados en su tinta. Otro emblema de la casa que se hace imprescindible de disfrutar. Lo mejor.

. postre: helado de turrón con Nescafé y whisky: Emblema de la casa consistente en dos cortes clásicos de turrón sobrenadando en una mezcla de Nescafé y whisky y un leve espolvoreo de canela creo recordar; hay que probarlo y volver para repetirlo. Gran invento. 

Un poco de pan para rebañar algún plato y un servicio directo de plancha a mesa sin prisa pero sin pausa, ya que todo se hace para tí en el momento, consiguieron que la comida fuera un buen disfrute que rematamos con un poco de sobremesa y solo un cremaet.

  • chipiron

    chipiron

  • tellinas

    tellinas

  • alcachofas

    alcachofas

  • ensaladilla

    ensaladilla

  • navajas

    navajas

  • postre

    postre

Recomendado por 3 usuarios
  1. #1

    Abreunvinito

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    • entrada

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  2. #2

    Joan Thomas

    Enhorabuena por ese excelente TAPEO en mayusculas.
    Saludos

  3. #3

    Abreunvinito

    en respuesta a Joan Thomas
    Ver mensaje de Joan Thomas

    Si pasas por la puerta sin conocerlo, no entras. Grave error sería.
    Saludos

  4. #4

    Joan Thomas

    en respuesta a Abreunvinito
    Ver mensaje de Abreunvinito

    Es cierto que eso pasa a veces en algunos locales. En este caso, después de leerte, seguro que no dudaría.
    Saludos

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