Ten lejos y tan cerca

¡Es una lástima residir tan lejos de lugares como éste! Con tan solo un par de visitas a la casa de Mamen y Roberto y me veo en condiciones de lanzar tal afirmación. El trato extremadamente cercano de ella y la cocina precisa de él son los motivos principales que me llevan a hacerlo. Lugar de parada en los viajes de ida o regreso a la ciudad condal no goza de la atención que se merece por ir siempre con las malditas prisas que te llevan a detenerte en cualquier área de servicio de la autopista a comer cualquier cosa, descartando opciones tan atractivas como ésta que te obligan, eso sí, a desviarte un poco de la ruta y a perder un poco más de tiempo. ¿Digo bien? Quizás uno tarda más pero gana muchísimo en calidad, trato y, si me lo permiten, en la RCP.

Volvíamos del prolífico VI Encuentro de la Peña Gastronómica Los Restauranteros en Barcelona y alenté a mis compañeros de viaje, peñistas y bloggers ambos también, a hacer parada en este restaurante a medio camino más o menos entre el origen y el destino final. Reserva previa y menos mal pues nos encontramos una sala prácticamente completa. Recepción muy cordial por parte de Mamen y trato excepcional del resto del equipo durante toda la comida.

El restaurante es agradable, sin duda. Al acceder uno se encuentra con un pequeño espacio que hace las funciones de recepción y unos escalones que nos llevan, tras dejar a un lado la bodega acristalada, al salón principal. Al estar ubicado en un edificio que hace esquina hay amplios ventanales que permiten la entrada de luz, cosa que dota de calidez al comedor. Mesas en tonalidades wengué vestidas con elegantes “caminos” de mesas, colores claros en las paredes, lámparas modernas… Funcional a la par que elegante.

Roberto Pau es un cocinero joven aunque sobradamente preparado que ha adaptado su propuesta gastronómica al entorno donde se expone. Ello queda patente fundamentalmente en dos características inherentes al proyecto: el uso de los productos y recetas de la zona sin cabida alguna a las gastromodas que nos llegan de oriente o del otro lado del atlántico, y una oferta al gusto del gran público de la población, de la comarca e, incluso, de la provincia. El arroz, la alcachofa, los pescados y mariscos, especialmente el langostino de Vinaròs, las carnes rojas nacionales… son la base fundamental de la carta con acompañamientos y guarniciones mucho más cercanas a las tendencias de la nouvelle cuisine que a las vanguardias del siglo XXI.

Esta casa apuesta fuerte por la reivindicación de la cocina tradicional y es habitual encontrársela involucrada en jornadas y semanas gastronómicas dedicadas a un producto o que buscan la revitalización culinaria de la comarca. En nuestra visita nos encontramos para nuestra sorpresa con la celebración de unas jornadas de promoción gastronómica a nivel comarcal en las que participaban restaurantes del propio Benicarló, Vinaròs y Peñíscola. Echamos un vistazo a la carta pero el menú que se ofrecía ese día en el marco de dichas jornadas era demasiado tentador y con una RCP difícilmente superable.

Compartimos una serie de entrantes al centro de la mesa, tres para ser más concretos, continuamos con una degustación de fideuà y un principal, servidos ambos de forma individual, y acabamos nuevamente compartiendo el postre.

- Ensalada de queso gorgonzola, pera y nueces: varias lechugas de frescura y sabor destacables acompañaban unas buenas porciones de queso azul que encontraban el contrapunto de suavidad con la pera y las fresas. Aliño tradicional con el archirrecurrido vinagre de Módena.

- Huevo pochado a baja temperatura, cremoso de verduritas, rovellons, jamón ibérico y trufa: Un top-ten en las cartas de los restaurantes de moda en los últimos años. Si bien la trufa no estaba presente, el plato resulta delicioso con una finísima crema de verduras (¿uso del calabacín?), el huevo en su punto exacto de cocción y unas muy gustosas setas y el toque distinguido del jamón. Ración generosa a la que hay que añadir la ingesta considerable de pan. El plato lo requiere.

- Salteado de pulpo a la brasa sobre patata, láminas de alcachofa, crispy de algas marinas y aceite especiado de pimentón de la Vera: Otro clásico en las cartas de los restaurantes en esta última década. Pulpo perfectamente cocinado y de ternura extrema. Buena parnentier de patata, deliciosas alcachofas de la zona y uso comedido de ese pimentón con tanta personalidad propia. Toque original y marino a la vez con las algas crujientes.

- Fideuà negra con langostino, gamba de la lonja y aire de allioli: Punto perfecto del fideo, sabor peculiar derivado del uso de la tinta, pieza de langostino de tamaño considerable como coronación del plato y un allioli con personalidad, como debe ser.

- Solomillo de ternera al foie: Buen producto tanto en la base, una carne muy tierna y servida al punto perfecto, tal y como lo pedimos, como en la coronación del foie caliente sin presentar residuos o vetas que a veces dificultan su ingesta. Ricas y muy frescas las verduras de la guarnición. Academicismo.

- Helado de galleta sablé de Bretaña sobre fondo de tierra de chocolate: Aunque llegamos justitos al final del menú, no dejamos ni rastro del postre, prueba de su frescura y golosidad.

El pulpo, las setas, la trufa, el langostino, el foie, la ternera… como podrá comprobar el lector aquí no se escatima en producto la cual cosa nos llevaba a calificar unos párrafos atrás la relación calidad-precio como excepcional. Todo ello se ofrece por tan solo 28 € con el café, agua y los vinos propuestos que, en nuestro caso, declinamos para ser cambiados por dos botellas de un excepcional cava Recaredo Reserva. Sigue fascinándome este espumoso y el precio al que puedes encontrarlo.

Esa sería la conclusión tras visitar el Pau Restaurant por segunda vez. Un servicio cercano que funcionó en perfecta sincronización, una sala agradable, una comida bien rica como se deduce de la lectura de la presente valoración y una cuenta final solo ligeramente abultada por el cava que tomamos son más que suficientes motivos para poder aconsejarlo a cualquier conocido que tenga la fortuna de vivir cerca o que le venga de paso en alguno de sus viajes.

Post ilustrado en: http://www.vinowine.es/restaurantes/restaurante-pau-un-tributo-los-productos-del-maestrat.html

  1. #1

    Gabriel Argumosa

    Me parece muy buena la rcp y por lo que veo, en esa localidad no podian faltar unas alcachofas. aunque solo fuesen unas láminas.

    Saludos

  2. #2

    Antoni_Alicante

    en respuesta a Gabriel Argumosa
    Ver mensaje de Gabriel Argumosa

    Muy ricas, Gabriel. Un saludo

  3. #3

    oscar4435

    Que lico , al-oli.

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