Restaurante Nito en Viveiro
Restaurante Nito
País:
España
Provincia:
Localidad:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
50,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
66 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.5
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
9.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.5
Opiniones de Nito
OPINIONES
3

Siguiendo las recomendaciones de anteriores críticas visitamos Nito durante una escapada exprés a Galicia desde nuestro veraneo asturiano el que escribe, mi mujer y nuestra peque de 7 años.

Lo mejor, sin duda, el local, de diseño inmejorable, con una terraza dominando parte de la entrada de la Ría, sobre la playa, con una isla que me recordó a la Bahía de San Sebastián, pero en plan rural, no urbano.

Pudimos comer en la terraza y acertamos. Quizás sólo en el donostiarra Akelarre recuerdo haber dispuesto de un emplazamiento parecido. Como entrantes, croquetas, fundamentalmente para la peque, y unas almejas a la sartén para nosostros. Como segundo, la peque se ventiló un filete de ternera que se salía del plato por todos los lados y nosotros probamos los calamares de potera en su tinta y el bonito en rollo. Un tanto flojo y simplón este último, quizás la comida había sido tan excelente hasta entonces que eché en falta un plato principal del mismo nivel. Para rematar compartimos entre los tres unas filloas.

Otro descubrimiento de la comida fue el vino, un Ribeiro, Lagar do Merens joven que nos encantó tanto a mi mujer como a mí.

Intentaré repetir cuando vuelva.

Nito es un elegante restaurante que cuenta también con hotel, y con una perfecta ubicación en Celeiro, donde a sus pies tienes la playa unos cuantos metros más abajo. Comimos en su codiciada terraza en un hermoso día del verano.

4 personas y como siempre los primeros a compartir:
-percebes pequeños y gordos, muy buenos.
-almejas a la plancha.
-almejas a la marinera. En ambos casos de excelente calidad.

Los segundos se dividieron en: chipirones en su tinta, lubina a la espalda y merluzas a la gallega. Aunque probé la lubina y estaba realmente buena, no la cambiaría por mi plato de merluza, no teniendo nada que envidiar en cuanto a su calidad se refiere, a las que nos sirven en Urepel cuando vamos a Donosti.

Presentada con una sutil ajada y alguna patata cocida, el lomo era generoso, desespinado y de carne apretada. Su sabor era extremadamente delicado y su color daba buena cuenta de la calidad de la misma.

Estar en Celeiro y no probar este pescado me parece que es dejar pasar una gran oportunidad, lo aconsejo sin duda! Creo que la mejor merluza que he degustado se encuentra aquí.

Finalmente, y en el rincón chill-out que tienen en la misma terraza para hacer la sobremesa, acabamos tomando unos gin-tonic estirados en los sofás. Altamente recomendable el restaurante, y por extensión, el entrono en el que se encuentra (Viveiro, Mariña Lucense...).

En el cantábrico lucense, y en la bellísima localidad de veraneo de Viveiro (que por cierto, dispone del más prestigioso puerto de merluza del Estado, "Celeiro", con permiso del de Ondárroa) se encuentra, con seguridad, uno de los grandes restaurantes del Norte, desde Baiona -Pontevedra- a Hondarribia -Gipuzkoa-.

Recientemente reformado, el lugar es espectacular, tanto por su decoración elegante, moderna y de diseño, como por donde está situado: en un alto, frente al Cantábrico, y con unas vistas espectaculares al mismo, a la playa, y a los islotes de la ensenada. Además dispone de una maravillosa terraza con aire "chill-out" donde nos comentaron que se podrá comer y cenar los días que haga "bueno". Sinceramente, sólo por disfrutar de ella y de las vistas, ya merece la pena ir.

En la mesa, perfectamente dipuesta, y con servicio atento, nos obsequiaron con un aperitivo "nada glamuroso" pero sí delicioso: callos a la gallega, con un condumio especialmente suave, y unos garbanzos cocinados en su punto. Los primeros fueron unas almejas a la plancha, excelentes, y un salpicón de lubrigante. El salpicón era de lujo y como me gusta a mí, es decir, con apenas cebolla, para no enmascarar los sabores.

De segundo, un plato sencillo, aunque exquisito: caldeirada de merluza y rodaballo. Poco que añadir, tanto la merluza como el rodaballo eran de categoría "summum", y la cocción, a la gallega, sencilla y con pocas filigranas, sólo hizo que realzar el magnífico sabor de los pescados.

Para finalizar, la carta de vinos es extensa y permite salirse de las clásicas elecciones, aunque nosotros nos decantamos por un Santiago Ruiz, albariño del Rosal que, como siempre, es una apuesta segura.

Una gran comida y ya con ganas de volver!!

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