Qué cochinillo¡¡¡¡¡

Primera visita y muy buena sensación.

Nos recibieron en la entrada y nos acompañaron a la bodega a tomar una copita con un aperitivo (impresionante, por cierto, con todos los tipos de vinos y bebidas), después pasamos por la cocina para saludar a Mario Sandoval y charlar un poquito con él. Todo esto nos pareció un muy buen detalle, sobre todo la visita a la cocina, nos gustó el ver a todo el mundo allí trabajando y preparando los platos que luego comeríamos.

Nos sentamos en el comedor de arriba, moderno pero acogedor, el restaurante estaba lleno (y a veces había demasiado ruido de todo el mundo hablando)

Al traernos la carta nos comentan que han suprimido la misma y ha dejado tres menús en función del hambre de 50, 65 y 85 €. Optamos por el último, 6 entradas, más dos pescados, dos carnes y dos postres. Antes nos sirvieron dos aperitivos.

Gran comida, los platos en general a gran altura destacando los ñoquis de guisantes y alcachofas, sopa de almendras con foie, el revuelto de espárragos y perrechicos.... y sobre todo el cochinillo. Comida de sabores tradicionales con un toque y técnicas muy modernas. Hubo un plato al que no encontré la gracia, no me gustó nada, el tendón de ternera de lidia.

Capítulo aparte los postres, nos sirvieron dos, mi chica se quedó con las ganas y añadimos uno más (para los dos). los tres, eXpectaculares :-)
Eso sí, a mi chica le pareció que hubiera sido un buen detalle por parte del restaurante el que la hubieran invitado al último postre extra.

Otro gran detalle llegó a la hora de pedir infusiones y tes. Tienen un carro enorme con todos ellos. Todas naturales.

El servicio bien, con algún despiste a la hora de rellenar el vaso del agua, más por culpa de que yo creo que no se ve lo que hay dentro (por el color de vaso) que por dejadez...

En cuanto al vino y al tener que conducir de vuelta mi pareja, opté por tomar unas copas de blanco, el primero no lo recuerdo, sí que era de Madrid, el segundo chivite blanco. Ambas a 10 € la unidad. Sí que echamos un vistazo a la carta de vinos digital y estuvimos un rato jugando y viendo la gran bodega que tienen, me pareció que los precios estaban algo subidos en comparación con algún otro restaurante del mismo nivel. Por ej, ossian 06 a 40 €. El servicio del vino y la temperatura perfectas.

Para rematar un gin tonic de una marca propuesta por la casa llamada sij que no conocía a buen precio 10 €.

En resumen, gran comida. Volveremos.

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