Restaurante-visita museo

Aunque me pareció fantástica la idea de poder visitar la bodega y la cocina mientras tomas apertivos, sin embargo no me parece bien que te levanten de la sala cuando estás comiendo para los postres sobre todo cuando estás tan agusto en esos butacones, y todo para ver la sala lounge que yo lo dejaría únicamente para los licores y puros.
Aunque la comida del menú natura me gustó mucho, creo que no se puede ofrecer según llegas a la bodega un cóctel gin fizz a una embarazada. Es como si te fueran pasando por una cadena de montaje no tan bien engrasada, porque si hubiera un barista hubiera preparado un coctel sin alcohol. En la bodega me entretuve admirando los caldos que allí tenían hasta que me hicieron subir a la cocina (en estos sitios quien marca los tiempos son ellos) y es que sigo reacio a los sitios donde te tienes que adaptar a los platos prediseñados.
Por cierto, de los aperitivos de ese menú que dieron en la bodega el único reseñable es la almendra garrapiñada.
La bodega es muy bonita con grandes botellas pero por ejemplo verdejos de Rueda tienen 3 contados y el que ofrecen si no quieres el cóctel es muy flojito.
En la sala nos sentamos al lado del ventanal viendo el resto de la sala. Sólo había otros comensales y en medio del festín me doy cuenta que los camareros están haciendo gestos y riéndose supongo que de la otra mesa cosa que me pareció nada profesional, en esos momentos parecía un restaurante de carretera.
En cuanto a los platos hay algunos muy conseguidos como el arroz meloso, el atún, los ibéricos a la madrileña y el crujiente de lechón, otros mejorables como el de los moluscos y crustáceos con algas marinas (la imitación de concha no aporta nada y no sabe a nada o si quieres imitar las olas del mar pon las algas en paralelo y no de cualquier modo), el sorbete de lechuga es insulso y ya que cuida tanto el detalle de los platos podría poner algo que imitara la tierra y que la lechuga brotara de ella. Las ramas de olivo con semillas de amapola viene presentado de forma muy original en un bonsai de olivo pero que los italianos superan con sus grissinis.
Si como he leido en otros posts, el sumiller es Rafa Sandoval debería ser el que atendiera los vinos y no que lo hacen hasta 3 personas distintas.
El mejor vino de maridaje es el Pujanza. El resto mejorable.
En cuanto a los postres sólo me gustó la flor de violeta con bizcocho de anís, el resto no me apasionó.
Animo desde aquí a Mario para que siga mejorando y que haga esos platos sublimes que sólo por ellos merezca la pena acercarse a Humanes.

  1. #1

    JaimeJ

    Parece que no te gustó la puesta en escena. No se. Yo la agradezco.

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