Hay que ir adrede, no está en la zona turística de la ciudad pero como dice Michelín es un bid gourmand y añado que merece la pena el desvío (del visitante) además de 1 Solete Repsol; en el cristal junto a la entrada no caben más recomendaciones de guías, así que todos no pueden estar equivocados. El nombre de "envero" ya denota un interés mayor por el tema de vinos y si además tenía en Verema una reseña (aunque antigua) muy favorable con un 10 en el tema de vinos, pues... hay que ir.

El local tiene una amplia barra para tapeo o espera a la entrada y la recepción (y caja) da paso a la zona interior con un comedor rectangular más un muy interesante reservado que se aisla del resto. Las mesas y sillas son cómodas, algo ajustadas de espacio, copas vajilla y cubertería de buen nivel. El servicio muy eficaz en la recomendación y en conocimiento de los platos y elaboraciones; la salida de platos de cocina con buen ritmo y más dado que el local está lleno y alguna mesa se dobla.

En la parte líquida tomamos 5 cervezas a la llegada más 3 aguas Perrier con gas y 3 sin gas; en el tema de vinos, la carta es muy amplia (más de 150 opciones) y variada tocando todos los palos cercanos y lejanos con una mezcla de clásicos y modernos aunque con el predominio esperable de Rioja y Ribera. Para los siete comensales y pensando en dos botellas en total porque hay cena de finde fiesta y que además gusten a todos, elegimos un blanco que al final no quedaba (o no estaba frío) y nos sugieren y aceptamos Val do Galir 2023 un godello de Valdeorras que siempre son valores seguros; para después un Tres Picos 2020 una garnacha de Borsao de Campo de Borja que llegó al postre; ambos traídos a buena temperatura y mantenido el blanco en enfriador. El servicio consistió en presentación descorche cata previa y primer servicio; la verdad es que se hacía difícil mayor rellenado de copas con el lleno total que había.

La carta de comidas está enfocada a platos locales y producto de temporada con suficientes opciones a elegir más otras opciones fuera de carta que imagino que variará más en función de mercado. Entre semana tienen menú degustación pero que no dispone en los fines de semana y aunque inicialmente lo habíamos reservado ya nos avisaron antelación que no podría ser pero que haríamos algo similar con las recomendaciones que nos propondrán.

La cocina a cargo del chef Manuel Valera, es de formato actual con cierta creatividad en las elaboraciones y vistosos emplatados, manteniendo que lo importante es la calidad del producto convirtiendo varios platos en sus iconos y a ellos nos enfocamos con prioridad a compartir:

. anchoa XXL con pan de cristal con mantequilla de oveja y polvo de tomate seco: buena calidad de producto y añadidos. Más que notable.

. mazamorra de anacardos con bonito curado compota de manzana verde y amaranto suflado: un plato icónico que hay que probar y disfrutar; es pura elegancia. Muy recomendable.

. láminas de presa de bellota madurada en soja y ceniza crema de mostaza en grano y melaza lascas de parmesano y kale crujiente: no es tartar porque el grosor de láminas es el punto perfecto de tamaño para disfrutar de carne cruda madurada. Muy buena.

. judías verdes salteadas en caldo de jamón ibérico y patata con yema de huevo campero: judías muy al dente y huevo en perfecto punto para mojar un buen pan que apoya. Plato con ingredientes sencillos y que puedes hacer en casa pero el punto de cada elemento es perfecto. Notable alto.

. gurumelos al PX con foie y trufa de invierno: son unas setas procedentes de Huelva y muy recomendables, si añadimos foie y trufa pues ya se eleva alos altares. Muy recomendable.

. lasaña crujiente de guiso de rabo vacuno con bechamel y foie y reducción de vino de Oporto: estar en Córdoba y no tomar un guiso de rabo es casi un pecado y aquí resultó una preparación diferente en su presentación manteniendo su esencia. Muy bien. 

. postre: no hubo muchas ganas y nos limitamos a 2 pedidos: un sorbete de mango manzana verde y jengibre y a un postre líquido Vi de Gel de Gramona gewürztraminer.

Al salir y comentamos con la joven y preparada encargada de la sala (Shayma creo es su nombre) el tema de las valoraciones en redes sociales, le comento si conoce Verema y me lleva al responsable del local (creo que dueño) Fernando Villena y sí que conoce nuestra web lo que me confirma su interés porque el vino sea una parte importante.

Los cafés finales y un largo largo paseo hasta la Mezquita no fue suficiente para dar opción a merendar, al salir de la visita guiada de esa maravilla; solo unas fotos del Bar Santos y su famosa tortilla de patatas que queda para otro viaje.

Una noche esplendida fuimos a cenar a el envero aviso con reserva para los viernes.
La terraza por la noche es preciosa con un ambiente magnifico no solo por las velas sino por la gente que frecuenta el local.
El servicio fue muy placentero, nos sentimos muy acogidos ya que el dueño del local nos recomendo un vino magnifico ademas de las recomendaciones que son del mercado del dia.
Lo mas destacado fueron unos platos de los que es dificil destacar pero para mi gusto el atun y los raviolis de rabo de toro.

No os vayais sin prbar los postres muy recomendados y si sois como yo de que la noche aun es joven probar los diferentes gin tonic que poseen

un saludo