Ayer estuvimos cenando en este pequeño novedoso y céntrico restaurante una oferta interesante, dentro del panorama complejo de las restauración valenciana.
Es moderno sin estridencias, original en mesas y disposición con una cocina de mercado de cierta sencillez con diferencias notables entre algunos platos, pero fácilmente superables, donde te sientes y te hacen sentir cómodo.
El comedor gira en torno a una columna central que quizá ayuda a dar esa sensación , luego la disposición de mesas, incluyen una redonda, hacen que se le saque un buen partido al ajustado comedor.
La carta de vinos es reducida pero con algunas buenas referencias y a buen precio. Elegimos un Ceres de Bodegas Asenjo-Manso (Burgos) perfectamente encopado. Un acierto tenerlo en carta. Tienen alguos vinos valencianas bien seleccionados y otras opciones tentadoras.
Para cenar nos sugirieron un menú de seis platos y postre muy correcto si además le sumamos el precio, 25€. Los platos algo desiguales pero bien presentados y a buen ritmo.
Una buenas croquetas de boletus y de jamón, un revuelto suave de morcilla, un foie mi-cuit con cebolla caramelizada con demasiada cebolla, una buena ventresca con tomate, un contundente plato de patatas con huevo frito y un plato de postres refrescante.
Una buena sorpresa fue poder terminar con unos excelentes gin-tonics, bien preparados, con una carta de ginebras y tónicas más que suficiente, vi que casi todas las mesas lo pidieron, además nos lo tomamos en ese ambiente de tranquilidad que me ha parecido excelente.
El servicio atento y discreto dirigido perfectamente por Ángel ( creí entender) encantador.
Volveré en breve y desde luego lo recomiendo sobre todo por el conjunto.