Algo que es habitual en el extranjero desde hace muchísimos años y rarísimo en nuestro país, de entrada solo recuerdo de cuando mis niños eran pequeños que nos lo ofreciera el restaurante “Els Tinars” de LLagostera.
Mira que es fácil y barato, comprar unos lápices de colores en los chinos y fotocopiar unas hojas con dibujos para colorear. Pues no hay manera, prefieren tener los enanos corriendo por el restaurante, gritando y molestando a los camareros y demás comensales.