Regular-Bien

Fui con mi pareja por primera vez a este local a principios de Febrero 2018, después de haber intentado reservar dos veces.

El local bien decorado, mesas amplias, bien vestidas, buen espacio entre mesas lo que hace que el nivel sonoro del local sea bajo. Este es uno de los aspectos peor cuidados en muchos restaurantes de Valencia, cosa que no entiendo muy bien, ya que una buena cena para mi queda arruinada si estás en un local en el que tienes que andar chillando toda la cena. Pero bueno, vamos con la crítica.

Optamos por pedir dos entrantes y un segundo a compartir.

La carta de comidas bien diseñada y con buenas explicaciones. Traducida al inglés.

La carta de vinos dispone de bastantes referencias para ser un local de Valencia. En esta ciudad la verdad es que es raro encontrar un local que logre sorprender algo con la carta de vinos. En casi todos los locales encuentras siempre las mismas aburridas referencias. El local dispone de referencias españolas, francesas, alemanas y algo sorprendente:  portuguesas. Esto demuestra un cariño especial por los vinos. Nos decidimos por un 7 fuentes, vino que es dificil de encontrar en cartas de Valencia, salvo en algún local de Ruzafa y este propio. 

Servicio de vino esmerado.

Primer entrante: Puerros asados, sabayón de anchoa, almendra y lomo de vaca curado. Plato muy bien elaborado, los puerros en su punto justo de coccción. Buen equilibrio gustativo, cromático y de texturas. Presentación adecuada.

Segundo entrante: Fartón de centollo, tamarindo y cacau del Collaret. Tenía interés por probar este plato que había léido en la carta antes de ir. La verdad es que me decepcionó. Es una idea creativa a nivel de mezcla de sabores (fartón dulce y salado-picante del centollo) y elementos visuales (imitación de hot-dog). Pero el plato falla en las texturas. La textura de masa dulce del fartón predomina demasiado y enmascara el resto del plato. Debería de añadir algo de crujiente al fartón.

Plato principal: Steak tartar: un desastre. Nos preparan a la vista un steak tartar. Elaboración correcta, tradicional, sin altibajos. A la hora de degustar el plato, nos encontramos con un tartar mal cortado y lleno de fibras, lo cual es imperdonable en cualquier tartar, y más en un local  de esta categoría. Deberían de evitar estos descuidos.

Postre: tiramisú trufado. Buena idea de plato, sobresale el sabor de la trufa. 

Precio: 100 € los dos. Caro para lo que hemos tomado. (incluido café y servicio de pan y aceite)

Resumen: Un local adecuado, con servicio correcto, buenas ideas de platos, pero que ha tenido un fallo que no debería de permitir. 

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