Se accede a través del portal de un edificio histórico. El espacio queda dividido en dos salas y es la exterior la que se aprovecha sobre todo de su arquitectura.
Nos ubicaron en una mesa amplia flanqueada por las dos únicas ventanas con el muro grueso al desnudo. La sensación de amplitud se agranda desde ésta ya que queda más separada del resto. Sin duda es la mejor.
Mesas vestidas y mobiliario confortable. Ambiente moderno y actual. Buenas copas y vasos, cambio de cubiertos, cortesía de aperitivo previo ... Lo habitual en los restaurantes que buscan un nivel.
A parte de la carta, en domingo cuentan con un par de menús representativos de su cocina de mercado con toques creativos. Escogimos el de 27 €. que consta de cuatro entrantes, principal (sin elección), más postre. Bebida al margen.
Primera pregunta de seguridad sobre alergias, segunda comercial sobre si beberíamos algo de inicio y una tercera que yo encontré alterada en cuanto al orden sobre si queríamos pan sin saber de antemano los platos de dicho menú. Nos dijo que con alguno que otro iría bien y, adelante, una cesta de variado y buen pan a la que metimos mano.
Comenzamos pues con un par de cervezas Turia de barril bien tiradas. He de valorar en este caso que el ritmo lo marcáramos nosotros, algo que se nos dijo y bien cierto es que cumplieron.
Añadir la buena presentación general de todos los platos. Si acaso algún bajo plato en un par de ellos por su tamaño pudo faltar para evitar el vacío sobre la mesa.
Aperitivo:
- Humus. Servido en un frasquito de cristal con hojas de espinaca. Sabor suave. El pan comenzó a fluir con él.
Entrantes:
- Croqueta de fesols i nabs. Croqueta por barba originalmente servidas sobre una piedra. Argggg... estaba bien hecha, doy por bueno el grosor del rebozado para evitar el desparrame del guiso, pero algo sacado de tan sagrado plato valenciano requiere mayor sabor todavía aún en un bocado. Eso sí, me hubiese comido las dos tan ricamente.
- Ceviche de salmonete con mango. Tersos lomos de salmonete bien armonizados y con un punto del mango que equilibraba y endulzaba dentro de lo posible.
- Pulpitos con perrechicos, brotes de rábano y salsa de maíz picante. El mejor plato. Pequeñísimos pulpitos con el sabor marcado de la plancha al igual que las setas y el toque picante de esa salsa que tan buena función hizo.
- Huevo a baja temperatura con setas de temporada y espuma de patata. Recurrente, pero cumplidor como siempre. Puede que sea el plato más explotado por la restauración. Setas crujientes y huevo en su punto. A mojar pan. Me gustó.
Principal:
- Canelón de pollo con salsa de mostaza y miel. Un par de finos y largos canelones que estaban muy buenos. Mostaza y miel era a priori algo muy simple si comparamos con las salsas de setas, por ejemplo, que se suelen utilizar para éstos, pero finalmente acabé agradeciéndolo porque te centrabas más en el sabor del relleno.
Postre:
- Frutos rojos y chocolate. Muy colorista. Bizcocho de fresas, helado de cerezas entre otras cosas y virutas de chocolate salpicados por encima. Bien, nada pesado.
Finalizamos con los cafés.
En cuanto al vino, la carta está bien presentada, no es muy extensa y la bodega la vi temblando. Tienen referencias con las que perfectamente te apañas a no ser que ya vayas muy a menudo. Nuestra elección fue un Flor de Ahillas blanco 2015 de la autóctona Merseguera que cada vez que lo bebo me gusta más, tal y como en este caso. Se nos ofreció-sugirió copa de dulce para el postre que declinamos.
El servicio en general es bueno, tanto por parte del gerente, que dispensa un trato como más distendido y despreocupado en el buen sentido, como de la camarera, cuya corrección es más lógica, claro está, con una disposición que ha de constar. Muy pendiente del llenado de las copas.
Por estilo y cocina, compiten perfectamente con otros que huelga mencionar. Pienso, no obstante, que debería haber la posibilidad de elegir entre dos principales. Al menos ese día no fue así. No hay riesgos, sí equilibrio y pienso que resuelven bien. Están en un sitio que parece mejor de lo que realmente es. La vista del turista o paseante apunta hacia arriba, a lo largo y ancho y les puede pasar desapercibido.
Pues creo que te podría gustar
Uno pelao totalmente. No controlo el nombre pero no creo que sea otro.
Un saludo.
Si. Es Juanjo. No es el gerente. Es el compañero de María Jose Martinez la cocinera. Es cocinero en "excedencia". Se ocupa de la sala al no encontrar personal de confianza. El mundo de la gastronomía........Bona nit.
Hace tiempo que tengo ganas de ir. Me parece un lugar tremendamente interesante...
Imagino que le pondrás remedio.
Un abrazo
Pues si, Rocío, tu Ose piensa lo mismo, ea! Pero mi arma, un hombre como tu ha de probarlo tó a luego barruntar.
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