Pequeño gran restaurante

Teníamos muchas ganas de comprobar los motivos por los cuales el Capritx había recibido su estrella michelín el año pasado. Y, realmente, comprobamos que realmente la merece. Está en un barrio anodino en las afueras de la ciudad de Terrassa, con una entrada discreta que corresponde a una decoración relativamente sencilla, con paredes pintadas de color ocre y una barra de bebidas y cafés un tanto kitsch. El local es realmente pequeño, con apenas cinco mesas. La cristalería, vajilla y cubertería son modernas y elegantes. El trato resultó amable y cordial y, como hacía solo un día que habían vuelto de las vacaciones, solo estaba ocupada otra mesa. Esto nos proporcionó calma absoluta y pudimos concentrarnos exclusivamente en la comida, al fin de al cabo, el motivo de la visita.
La verdad es que empezamos mal: el aperitivo de cebolla encurtida con un caldo de anchoa era decepcionante, sin sabor prácticamente. En cambio, el rebujito de pomelo era muy fresco y original.
Seguimos con un bombón de queso y galleta de tomate, de sabor explosivo y unas notables croquetas de alcachofa con mayonesa de trufa. Muy interesante la sardina con mazamorra vallesana. Está última consiste en una crema de alubias con arroz negro, vinagre y aceite. A gran altura estaba la butifarra del perol a la catalana, exquisita, servida con pan con tomate crujiente y olivas negras.
Extraordinaria la esqueixada de bonito y berenjena, con un sabor ahumado muy agradable, cremoso y sabroso. Tuvimos que refrenarnos para no devorarlo a toda prisa. Se tenía que paladear cada bocado.
Como plato fuera del menú degustación nos incluyeron unos gnocchi de garbanzos con sopa de jengibre, esplendidos, especialmente el caldo de sabor realmente intenso. Otro plato con sabor marcado fueron los espárragos con crema de pimienta verde, capaces de levantar a un muerto. La sabrosa yema de huevo rellena de crema de millo con caldo de gallina continuó esta serie de platos aparentemente sencillos, sin un gran despliegue técnico, pero de excelente factura. Y a nivel estratosférico, verdadera lección de cocina, el carpaccio de presa ibérica con quinoa crocante y salsa de boletus. La sopa de pescado de roca, gambas y menta, nos pareció algo fuera de lo común, y la demostración de que el cocinero, con ingredientes humildes y sencillos, consigue realizar una alta cocina que justifica, sobradamente, el desplazamiento. Terminamos los platos salados con los tallarines de calamar al pil-pil, de justa fama.
Como prepostre habíamos pedido una tabla de quesos, una extraordinaria selección de cinco quesos artesanales catalanes (Casa Mateu, Tartera, Cuirol, Veciana y Blau de l'avi Ton, este último en el Olimpo de los quesos azules), acompañados de algo fuera de lo común: una hoja con una completa explicación de cada uno de ellos.
Para limpiar la boca se nos sirvió una sopa de frutas, buena combinación de ácido y dulce. El primer postre, un polvo de yogurt con helado de azafrán y crema de albaricoque y naranja, nos encantó por su justa acidez y suave dulzor. Y nos sorprendió el último, las rocas de chocolate con helado de nuez moscada y hoja de papel de menta, combinación excelente de texturas y sabores.
Con los cafés se nos sirvió un único petit four, una sabrosísima gominola de mandarina. Uno de los pocos aspectos realmente a mejorar.
Mención aparte se merece la forma de presentar los vinos. Un libro confeccionado por ellos mismos donde se presenta cada uno de los vinos con una completa ficha de él y de la bodega de procedencia. Muy bien seleccionados y a precios razonables, un ejemplo a seguir. Nosotros pudimos seleccionar un extraordinario y raro vino, el Pamina, un DO Jura de pequeña producción que nos acompañó durante casi toda la comida de forma adecuada. Con los quesos y los postres tomamos un Pedro Ximenez, un PX Hidalgo, denso y muy agradable.
En definitiva, un broche de oro a un verano que ha estado plagado de excelentes experiencias gastronómicas. El Capritx pertenece a la peor especie de restaurantes: aquellos a los que es obligado volver.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Obiwan Ferran

    Ya casi me había olvidado de este restaurante. Lo tengo relativamente cerca de casa o sea que tarde o temprano les tengo que hacer la visita. Enhorabuena por el comentario y por la experiencia. Saludos,

    Ferran

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