Local de obligado conocimiento, no es espectacular, es pequeñito y con una terraza agradable. No tiene productos "sofisticados", trabaja con productos simples, jamón y queso increibles, rabo de toro mas que notable, pero como esas cosas son las normales, anotar que trabaja el pescado increiblemente bien, el atun, la corvina, la gallina, el mero,.....
Una escueta carta de vinos, con unos alicantinos sobresalientes.
Vamos para no decepcionar a nadie.
Priducto
Un sitio pequeño, de tapeo, de decoración antigua-rústica, pero en el que también se puede cenar de entrantes y plato.
En verano tiene terraza externa, en invierno hay que "conformarse" con las 5 mesitas que tiene y la barra. No hay espacio para más.
Normalmente no se reserva, se llega y, si se tiene suerte, se coge mesa. Si no, a esperar.
Cuidado, en la terraza los precios son un 8% superior a dentro, normalmente el camarero no te informa de dicha circunstancia, aparece en la carta, pero una vez ya te encuentras sentado en terraza. Generalmente, poca gente se va a levantar después de estar sentado por un 8%.
Como criticable también es que no todo lo que tienen aparece en carta, los precios en carta son SIN IVA (algo ilegal aunque luego diga que el IVA va aparte).
Como otra cosa criticable es que les cuesta darte la carta, mucho "cantar" platos, generalmente caros. La carta de vinos cuesta mucho que te la den, les encanta cantarte vinos sin decir precio (luego vienen las sorpresas en la cuenta).
Todos los platos están muy bien aunque cabe destacar la alta calidad del jamón ibérico 5 jotas que tienen. Probablemente, de los mejores sitios de Alicante donde comer jamón ibérico.
Las recomendaciones del camarero suelen ser acertadas y de producto fresco, pero suelen ser CARAS, por lo que conviene, si no está en carta, preguntar el precio de lo que ofrezca: gamba roja fresca, cigalas, atún rojo, etc... para evitar sorpresas desagradables (a mí me cobraron 26 euros de una muestra que me ofrecieron, no pedida ex-profeso por mí, de 4 gambas de calibre medio-pequeño). Y si se va justo de dinero, mejor no aceptar recomendaciones.
Los platos de revuelto y de fritura, están buenos, pero mejor evitarlos pues en varias ocasiones que he ido luego me han repetido un poquito (del aceite).
Tienen carta de vinos pero no suelen enseñarla, te los cantan, pero mucho cuidado, te cantan Mauro, Pago de Capellanes Crianza, Pesquera Crianza, etc... cuidado porque, aunque son muy buenos vinos, la clavada puede ser importante: Preguntar precio es fundamental. Recomiendo para no gastarse mucho quedarse con el vino quasi-básico que tienen allí: el Azpilicueta Rioja Crianza. Es un valor seguro, sirve para una cena con el jamoncito y las tapas, y sale por 14 euros la botella (precio razonablemente moderado).
No es un sitio económico ni para bolsillos en crisis o que casi no llegan a final de mes, pero, dada la zona de la ciudad en la que se ubica (en el centro, de las más caras de Alicante) y la calidad de sus vinos, materia prima (producto fresco), tapas y servicio, tampoco es excesivo (si se tiene la precaución de preguntar el precio de todo aquéllo que te ofrezcan y que no aparezca su precio en carta).
Me he decidido a añadir este restaurante porque muchas veces pasan desapercibidos todos aquellos lugares que no tienen renombre y donde, como es el caso, se come estupendamente por un precio más que justo. Paso a describir la experiencia, éramos 4 personas y tomamos de aperitivo una ración de jamón ibérico de jabugo, muy bien cortado, con un queso viejo exquisito, que según nos explicó el dueño del restaurante, era de Las Pedroñeras, un queso fantástico y muy difícil de encontrar, creo que se llama El Escudero. Pedimos vino a recomendación del dueño, y nos sugirió probar un ribera del duero llamado Semele, un crianza, un vino muy correcto, pero nos encantó, pese a que por su precio aparentemente pueda pasar desapercibido, pues es bastante económico en relación a otros riberas del duero de la misma calidad, lo saboreamos con gusto, pues era muy equilibrado, muy redondo.
También nos sacó unas tortitas de camarón, grandes, con sus camarones bien a la vista y en su punto de fritura, deliciosas. Las señoras se decantaron por un lomo de atún rojo para compartir y nosotros por el Rabo de Toro, en ambos casos, fue un acierto total, el guiso estaba en su punto, meloso y llevaba acompañamiento de unas patatas pochadas que hacían la perfecta pareja con la carne y la salsa. Seguimos con Semele y terminamos la comida con un postre muy parecido al pan de calatrava, que estaba muy bueno, acompañado por un vino de pasas dulce, muy acorde para el postre.
Salimos por unos 20 ó 25 euros por cabeza y encantados, desde luego repetiremos.
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