Restaurante La Pitusa en Valencia
Restaurante La Pitusa
País:
España
Provincia:
Localidad:

Añadir tipo de cocina

Añadir vino por copa

Precio desde:
20,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
-
Nota de cata PRECIO MEDIO:
25 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.7
Comida COMIDA
6.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.5
RCP CALIDAD-PRECIO
5.5
Opiniones de La Pitusa
OPINIONES
4

Local típico del Barrio del Carmen y Ruzafa : decoración vintage, poca luz, todo en color verde tapete de billar, ambiente y servicio informal,...
Las mesas y las silla altas no son muy cómodas para una cena larga y son algo estrechas. El servicio discreto, comimos todo en el mismo plato, servilletas y caminos de papel verde franela.
Pedimos unas tapas para compartir : croquetones de cocido y de queso parmesano (estaban buenos), calamar a la plancha con cebolla y sobrasada ( sobraba esto último porque se comía el resto de sabores), brocheta de pollo con miel ( le faltaba sabor y el pollo estaba seco). Lo mejor de la cena los postres, pedimos una tarta de queso con fresas para compartir (por esto de la dieta), que estaba realmente buena. En cuanto al vino la carta no era muy extensa, pedimos un Monteabellon por 15,5€ (no es de los mejores que he probado). Al final la cena nos salió por 50,30€ para dos personas, no está mal.

Local típico del Barrio del Carmen y Ruzafa : decoración vintage, poca luz, todo en color verde tapete de billar, ambiente y servicio informal,...
Las mesas y las silla altas no son muy cómodas para una cena larga y son algo estrechas. El servicio discreto, comimos todo en el mismo plato, servilletas y caminos de papel verde franela.
Pedimos unas tapas para compartir : croquetones de cocido y de queso parmesano (estaban buenos), calamar a la plancha con cebolla y sobrasada ( sobraba esto último porque se comía el resto de sabores), brocheta de pollo con miel ( le faltaba sabor y el pollo estaba seco). Lo mejor de la cena los postres, pedimos una tarta de queso con fresas para compartir (por esto de la dieta), que estaba realmente buena. En cuanto al vino la carta no era muy extensa, pedimos un Monteabellon por 15,5€ (no es de los mejores que he probado). Al final la cena nos salió por 50,30€ para dos personas, no está mal.

Local agradable e informal, mesas altas, sillas cómodas y luz tenue, buena música y servicio más que correcto.
Tomamos al centro jamón ibérico, un poco saldo, con su pan y su tomate rayado, guacamoles con langostinos, correcto, brochetas de pollo la miel, no estaban mal, y unos montaditos a destacar el de trufa y parmesano, de postre una tarta de queso casera muy buena.
La comida se puede mejorar, pero en conjunto, local, servicio etc,,, muy bien.

"Restaurante" situado frente a la Parroquia de La Santísima, al que se accede por una puerta corredera de cristal y apertura automática. Tiene el pro de que permite ver el espacio del comedor en toda su amplitud, estando éste cromado en tonos verdes -todas las paredes son de pizarra, de la del cole, en la que según pude observar se pueden dejar mensajes o hacer algún dibujo o gracieta-; y tiene el contra de que, al ser automática y tener el acceso a la cocina al lado, cada vez que pasa el servicio a recoger o dejar platos, y dadas las agradables temperaturas de este diciembre, acabas helado si te toca en alguna mesa próxima a la entrada por las constantes aperturas de la susodicha puerta. Algo que yo, personalmente, arreglaría. Por suerte, nos tocó más adentro.

Como decía, local acogedor, en el que todas las mesas sin excepción son altas, así como los taburetes y los asientos en formato sofá que hay a lo largo de las paredes. Coperío, cubertería y vajilla correctas. El servicio algo despistado pero con ganas de agradar, siempre atento a tus comandas pero algo disoluto a la hora de cumplir con lo solicitado. No obstante, a veces una sonrisa puede resultar más agradable que una charla de sommelier o las pegajosas atenciones de un ultradiligente camarero, al menos bajo mi punto de vista.

En cuanto a la comida, la carta se basa en platos de mercado que, en su gran mayoría, invitan a tapeo y a ser puestos "al centro". Ofrecen ensaladas, montaditos o tostas, croquetas variadas, platos para compartir y platos más contundentes y elaborados a base de carnes o pescados. Los postres, todos resposteros con una única excepción, algo subiditos de precio.

Cenamos dos personas a base de lo siguiente: Montadito de Antoine, de foie micuit y cebolla caramelizada. Apuesta segura donde las haya, estaba bueno y crujiente el pan. Seguimos con una croqueta de parmesano para cada uno, de buen tamaño y mejor sabor, de modo que la intensidad del parmesano no fue enmascarada por la bechamel. Unos calamarcitos a la andaluza con salsa de tomate y mayonesa aparte, buena fritura y nada pesados aun siendo una ración abundante. Finalmente, saquitos de pasta filo rellenos de gambas y queso fresco, con la novedad de haber triturado el crustáceo previamente, de modo que su carne quedaba repartida por todo el saquito y no se "desplazaba" a un único lado. Todo bueno, sin ser exquisito, pero sí para algo informal como una cena con amigos, un cumpleaños o un tapeo improvisado si se está por la zona. De postre mi colega pidió la tarta de chocolate, hiperclásica, con un sabor que recordaba a las típicas de galleta y chocolate que las mamás hacían en los cumpleaños. La probé y, claro, a cualquier cosa que sea de chocolate no puedo dejar de darle mi más incondicional bendición. En general, la oferta por cada sección (ensaladas, croquetas, tostas, carnes y pescados...) no rebasa los 5 o 6 platos o variedades, excepto en los platos para compartir en los que la variedad es mayor.

No puedo opinar del servicio del vino, pues estaba un poco monástico esa noche y sólo bebí agua y una cerveza "Estrella de Galicia". Tienen referencias clásicas de Riojas y Ribera, algunos valencianos como el siempre interesante Mestizaje, y poco más. Los precios, eso sí, justitos, de lo cual hablaré seguidamente.

En resumen, un local "apañao", en una zona excelente y bien comunicada, con un servicio simpático y agradable y una oferta limitada pero bien resuelta en todos los sentidos. Eso sí, el cachetazo se lo tengo que dar al apartado de los precios. Y es que, como viene siendo tristemente habitual, la sonrisa que se te pone al ver unos precios la mar de atractivos en vinos y comida se emborrona cuando ves el temido letrerito, minúsculo y cicateramente escondido, que reza "PRECIOS SIN IVA". Inaceptable, como nunca me cansaré de decir y proclamar. Espero que tomen medidas al respecto, aunque es tan improbable como que el Valencia gane al Madrid en el Bernabéu... Mal que me pese.

Sea como sea, la RCP me pareció correctilla (y eso que me moría de ganas por poner el siempre evidiable "no puedo opinar, ya que fui invitado", jejeje), así que lo recomiendo al menos para una visita informal. Los fines de semana, según uno de los socios, es indispensable reservar. Parece que triunfa bastante el sitio. Yo supongo que volveré, con amigos o algo por el estilo.

Saludos a tod@s.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar