Se come bien, pero pena de carta de vinos.

Lo típico que hemos comentado de muchos restaurantes de mercado en Catalunya. Un restaurante que tiene la fama de ser un sitio donde se come bien, con cierta abundancia, algo de creatividad en los platos y su presentación - doy fé-, con buena rcp según todos los comentarios, que yo personalmente no valoro así.
Y no valoro así, porque se come bien, las copas son muy buenas, pero la CARTA DE VINOS ES DE PENA.
6 o 7 Riojas, 6 o 7 Riberas, blancos nacionales, y tres o cuatro vinos catalanes sin imaginación.

Había en la carta de vinos dos Priorats, uno era el Terrasses 2007 que hemos pedido - ¡qué menos que hubiera dos Priorats estando a 20 minutos y 30 km del priorat! - y el otro Priorat era un "Petit pesinet" sin añada, intrigados, hemos pedido este vino (Que hemos supuesto que era una Perinet, supuesto solo), pero nos han dicho que el "Pesinet" se les había agotado.

En fin, no hay equilibrio alguno. Un restaurante con pretensiones, puesto que el menú de 15 euros, es solo menú sin bebidas ni cafés, ni suplementos (La mayoría de platos tienen suplementos), ni tampoco I.V.A , de tal manera que acaba saliendo la broma por 30 euros por cabeza, que es lo que hemos pagado nosotros.

Se come bien - bastante bien -, las copas son demasiado buenas para los vinos que tienen. Si la comida pretende ser original, moderna y de mercado, diríamos que la carta es como la toca de mi abuela, como mínimo para antropólogos del vino.

Me han comentado que a la carta - unos 50/60 euros por persona. Se come fabulosamente. Lo siento, si tuvieran una carta de vinos decente y catalana volvería, probablemente si las referencias catalanas fueran al menos igual que las no catalanas. Pero con una carta así, ni pensarlo.